De Bailén al corazón de Texas

Antonio Eloy Jiménez Rodríguez es un gran aficionado a viajar y gracias a ello conoció a su pareja, en México. Su experiencia en esta país le llevó a dar el salto a los Estados Unidos, donde trabaja en la industria del petróleo

08 oct 2017 / 11:27 H.

Antonio Eloy Jiménez Rodríguez, de 33 años, aunque nació en Bailén, tiene, actualmente, su casa en Midland, en Texas, nada más y nada menos que a más de 8,500 kilómetros de su tierra de origen. Estudió Ciencias Empresariales, un brillante alumno de la Universidad de Jaén, que, cuando se graduó, comenzó a buscarse la vida. “Siempre he sido una persona muy inquieta y no me ha importado viajar a cualquier lugar para disfrutar de las experiencias que te brindan”, deja claro, agradecido también porque el gusto por descubrir el mundo a lo ancho y largo se la inculcaron ya de pequeño. “Fue con 20 años, en Canadá, cuando me cambió el chip y tuvo claro que era para mí una prioridad intentar crecer como persona, conocer nuevos puntos de vista y las distintas formas de comportarse de los seres humanos”, apunta. Con ese afán, después de la experiencia en Norteamérica tuvo la oportunidad de pasar un año en Alemania, gracias a la “bendita” beca Erasmus, que tanto aprovechan los estudiantes jiennenses y del resto de España.

“Al volver y encarar la parte final de mi carrera, la inquietud aún era mayor, necesitaba enriquecerme culturalmente y, así, logré un intercambio en Ciudad de México que me cambio la vida. Era una estancia, en principio, para tres meses que se prolongó durante año y medio. Cambiaron por completo mis planes de futuro”, sostiene. Y es que pudo conocer a su pareja, natural de Acapulco. “Es la culpable, como siempre decimos tras millones de coincidencias en el lugar y momento adecuado, de que acabara viviendo en Texas”, precisa. Junto a su compañera, hace ya cinco años que el bailenense vive en Midland, donde trabaja en la industria petrolera. El oro negro, bromea, es el “monocultivo” de esta tierra, en el corazón de Estados Unidos. Allí se produce el famoso West Texas International, el barril de petróleo americano. “Es una ciudad con una población muy similar a Jaén capital (111.147 personas), pero con un concepto de las distancias muy diferente al que estamos acostumbrados. Cualquier gran ciudad próxima no está a menos de cinco horas de camino”, argumenta.

“Al principio, al llegar aquí, sentía como si viviera en una película americana. Salía a hacer deporte por las inmensas urbanizaciones de casas iguales, me asombraba al contemplar ciertos modelos de coches, que yo pensaba que solo estaban en el cine y, en general, me daba la sensación de estar viviendo dentro de un decorado”, describe. A Antonio Eloy Jiménez Rodríguez también le sorprendieron mucho las viviendas, confortables casas de madera, como describe, de las que solo descubres el material cuando se hace un agujero para colgar un cuadro. De todos modos, lo más impresionante es lo que sale del subsuelo de esta tierra. “Lo que más me impactó fueron los pozos petroleros. Nunca los había visto y recuerdo que, cuando iba por la carretera, tenía que detener el coche para tomar fotografías, ¿Quién me diría que acabaría ligado directamente a ellos?”, se pregunta. En cuanto a su día a día, deja claro que el modo de vida estadounidense implica mucho trabajo, sobre todo, en la industria petrolera. “Las jornadas laborales son mucho más largas que en España. En este país, la nota dominante es cumplir la rutina de ir del trabajo a la casa y viceversa. Las vacaciones son casi un sueño inexistente, ya que, difícilmente, superan los 10 días al año”, apostilla. En contrapartida, como deja claro este bailenense que, desde hace ya un lustro, es todo un yanqui, los salarios son muchos más alto.

Tradición española

Antonio Eloy Jiménez Rodríguez confiesa que, antes de llegar a Texas, tenía un prejuicio. “Había calado en mí un estereotipo, y es que yo pensaba que la gente en Texas era muy ruda, a lo Chuck Norris, y para nada”, argumenta. Y es que, confiesa al respecto que le llamó la atención la gran amabilidad y simpatía en general de estos norteamericanos. “Mucha gente, al comentarle que eres de España, se sorprende gratamente y siempre muestran su cara más amable”, apunta. Incluso, tiene un pequeño proyecto en mente, como es promover y reivindicar el conocimiento de la herencia española en gran parte de Estados Unidos. “Aunque está ampliamente olvidada, esta muy ligada a la historia de este país, desde la exploración a los pasos que se dieron para la creación de Estados Unidos. Es algo que gran parte de la población desconoce y que quiero contribuir a cambiarlo”, dice.

una rica historia

Midland está ubicada en el condado homónimo de Texas. Su población ronda los 112.000 habitantes, similar a la capital jiennense. La historia de esta parte de los Estados Unidos es muy rica. España fue el primer país europeo que, en el ámbito del Virreinato de Nueva España, fue la titular del territorio texano. El territorio del norte de Texas fue parte de Luisiana, territorio colonial francés, el cual fue comprado por Estados Unidos en 1803. Tras la guerra de independencia de México en 1821, Texas pasó a ser territorio mexicano. En 1836 el territorio texano se independiza de México a consecuencia de una revolución iniciada por inmigrantes estadounidenses, proclamando unilateralmente la República de Texas. Posteriormente en 1845 se produce la anexión de Texas por parte de Estados Unidos como “estado número 28”.

con la mente siempre puesta en su patria chica y en la calidad de vida que hay en jaén
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El bailenense (que en la imagen aparece junto a su pareja, en Portofino, Italia) tiene claro que la experiencia que vive en los Estados Unidos no la cambiaría por nada del mundo. “Es un máster de vida, como me gusta llamarlo, pero, cada vez, tengo más claro que tiene punto de comienzo y final, con la esperanza de que este sea paseando por las calles de mi Bailén”, afirma. Y es que la experiencia es muy positiva, aunque, como admite, eso no quita que no haya día que se acuerde de su tierra, de su familia, sus amigos y del estilo de vida tan distinto al de los americanos. “Debería de ser patrimonio de la humanidad. Cada día, tengo más claro que, en Jaén, es envidiable y echo de menos cosas tan básicas para nosotros como andar en la calle, interactuar más con la gente, porque aquí la vida se hace montado en el coche, o la calidad de la comida”, sostiene. Eso sí, aunque el llamado “fast food impera”, este bailenense no se olvida de las buenas costumbres y, como recuerda con rotundidad, “una tostada de aceite de oliva nunca falta en mi mesa”.

una instantánea típica de la tierra que vive del oro negro
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En Midland, la ciudad de adopción de este bailenense, existe un museo dedicado al. Los llamados “pump jacks”, para la extracción de crudo, son la vista típica de esta parte del estado tejano.

con sus padres, en un encuentro familiar que acogió bélgica
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Una cosa tiene clara Antonio Eloy Jiménez Rodríguez, si a alguien les tiene que agradecer el gusanillo de viajar es a sus padres. En esta imagen, los tres en una visita a Bélgica.

una cordillera que divide el territorio americano en dos
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En Colorado, está la que es considerada por los estadounidenses la división del continente, la cordillera de las Montañas Rocosas, donde se alcanzan alturas superiores a los 3.500 metros.

el escudo de castilla y león y el estado de la estrella solitaria
En una excursión al Capitolio de Texas, situado en la capital Austin, donde luce el escudo de Castilla y León, en recuerdo de la época en la que el estado formó parte del Imperio español.