Un octogenario, acusado de abusar de su sobrina nieta

“Traté a la niña con cariño, como si fuera una hija”, se defiende el acusado

15 ene 2019 / 11:49 H.

Apoyado en un bastón, Juan A. S. caminó muy despacio hacia el banquillo de los acusados de la Audiencia. “¿Sabe usted por lo que está aquí?”, le preguntó la presidenta del tribunal, la magistrada María Esperanza Pérez Espino. “Más o menos”, contestó este octogenario de la capital. Presuntamente, sometió a su sobrina nieta a diversos tocamientos y llegó a masturbarse delante de ella. La supuesta víctima tenía 14 años cuando ocurrieron los hechos en los meses de julio y agosto del año 2015. “Es todo incierto”, señaló el anciano. “La trataba como si fuera una hija o una nieta, siempre con muchísimo cariño”, remarcó. “¿Niega, usted, entonces que tuviera apetito sexual con ella?”, le insistió el fiscal Carlos Rueda en el interrogatorio: “Dios me libre. Mi esposa acababa de fallecer”, contestó para dar por zanjada su declaración.

Los supuestos abusos se produjeron en el verano del año 2015. Juan A. S. enviudó y una de sus sobrinas lo acogió en su casa, ubicada en la capital: “Nos dio lástima que se quedara solo”, relató la mujer, que declaró como testigo. “Un día de septiembre, mi hija empezó a gritar, a decir que ‘no, no y no’ a gritos. Estaba histérica. Llegó a orinarse encima. Fue entonces cuando nos contó lo que le estaba haciendo mi tío”, explicó. La adolescente, que entonces tenía 14 años, hoy es mayor de edad. Ayer, tuvo que contar ante el tribunal su versión de los hechos. A puerta cerrada, la joven ratificó íntegramente lo que ya había contado en instrucción. Es decir, que su tío abuelo llegó a meterse en la cama con ella para tocarla y que, en una ocasión, hizo lo mismo dentro de la piscina que tenía la vivienda. También acuso a Juan A. S. de masturbarse delante de ella.

Por ello, la Fiscalía y la acusación particular mantuvieron su petición de cuatro años de cárcel y el pago de una multa de 3.600 euros por los delitos de abuso sexual y exhibicionismo. La defensa negó los cargos y pidió la libre absolución del procesado. Antes del comienzo del juicio, aportó fotografías publicadas por la adolescente en redes sociales en las que se la veía en actitud cariñosa con su tío abuelo el mismo verano en que, presuntamente, ocurrieron los hechos: “Esa imagen no es propia de una chica que ha sufrido abusos”, dijo el abogado de Juan A. S. en su informe final. La familia de la chica alegó que esas fotografías fueron tomadas antes de que se produjeran los tocamientos. La defensa también puso sobre la mesa un posible móvil económico como justificación de la denuncia, algo que fue negado por la progenitora de la adolescente.

El juicio, celebrado en la Sección Tercera, quedó visto para sentencia. Además de los cuatro años de prisión, la Fiscalía y la acusación particular reclaman una indemnización de 8.000 euros para la víctima.

Declaración “creíble”

Los psicólogos del Instituto de Medicina Legal de Jaén que trataron a la menor poco después de que sucedieran los supuestos abusos consideran que su testimonio es “creíble”. Así lo especificaron ayer en el juicio, en lo que constituye una de las pruebas fundamentales en contra del procesado. La defensa trató de contrarrestar este informe con otro realizado por un perito de parte.