Un frutero, en liza con las goteras

El Mercado de Peñamefécit lleva años denunciando las filtraciones al Ayuntamiento

14 feb 2017 / 11:30 H.

Cuando los técnicos municipales se pasaron, ayer, “precisamente”, por su puesto de frutas y verduras y le prometieron que, en cuanto “desaparezcan” las lluvias, “se pondrán a trabajar” en el Mercado de Peñamefécit para acabar con las goteras que “padece” como nadie desde hace 5 años, Antonio Moya vio el cielo despejado, a pesar de los nubarrones que lo cubrieron la mayor parte de la mañana, con lluvias intermitentes. Las goteras se han convertido en un mal endémico de este mercado de abastos. “Hay algunas en las zonas comunes”, indican Moya y el presidente de la asociación de minoristas, Rafael Serrano. Pero este frutero y su puesto (el número 46) son los más directamente perjudicados.

Desde hace un lustro convive con las goteras. Están encima del mostrador de venta y caen dentro del puesto. Son “muchas” las tardes que este comerciante y las otras dos personas que viven del negocio han tenido que ir al mercado para poner plásticos que, llegado el momento de la venta, tenían que retirar y sustituir por una bandeja. Ayer, no había bandeja. “Como se esparcen por el techo y caen irregularmente” —explica—, ayer tiraron de ingenio y colgaron cuatro cubos del techo para que las goteras cayeran directamente en ellos.

“Es molesto”, indicaba Moya, que se quejó de la “mala imagen” que da esto. No repele a los clientes, porque, después de 46 años, muchos de ellos son fijos. Pero —subraya—: “El profesional trabaja incómodo y los días de mucha lluvia estás asustado por que pueda caer más agua de la cuenta y, en general, estás más pendiente de lo que pasa que del cliente. No lo atiendes como debieras”. Por fortuna —agradece, viendo el vaso medio lleno—, “de aquí para atrás, no ha habido temporales grandes”. Pero las goteras “se están acentuando cada vez más”. “Y los días fuertes, lo padecemos”, asegura.

Al frente de Frutas y Verduras Antón, Antonio Moya lleva trabajando en el Mercado de Peñamefécit “toda la vida”. Desde que se inauguró —precisa—, hace 46 años. “Yo tenía 14 años para 15”, recuerda el comerciante, que pone el acento en el carácter municipal del mercado. “Pagamos el arrendamiento. Al Ayuntamiento le corresponde mantenerlo y debería poner más énfasis cuando hay una persona que se está viendo perjudicada”, expone Moya, que espera que esta vez sea la definitiva y que la Administración cumpla lo prometido. “Cada vez que se cala avisamos y la Concejalía me dijo que están en ello, pero no llega”, lamenta el comerciante. La misma queja traslada el presidente de la asociación: “Llevamos reclamando varios años y siempre lo mismo: que sí se van arreglar, pero todo sigue igual y esto cansa”.