SOS de los conservatorios

La ampa sale decepcionada de la reunión con la delegada

11 oct 2016 / 11:20 H.

Esperaron un encuentro fructífero, pero el resultado no fue para nada positivo. Los representantes de los conservatorios de música profesional “Ramón Garay” (CPM) y superior “Andrés de Vandelvira” (CSM) no quedaron satisfechos tras la reunión mantenida con la delegada de Educación, Yolanda Caballero, sobre las obras que realizarán en las instalaciones de la calle Compañía. Así, la presidenta de la ampa del CPM, Mónica Alcázar, mostró a este periódico su disconformidad con las explicaciones de la Administración. “Siguen en su postura de defender las obras que acometerán en diciembre y nos piden que confiemos en ellos”, indica. Asimismo, Alcázar considera que, ante la propuesta de buscar un centro alternativo para continuar las clases, la respuesta de la Junta es la de que se trata de algo “difícil”.

Por medio de un comunicado la ampa del “Ramón Garay” vuelve a insistir a Caballero que el cambio de centro sea “inmediato”. “No por el peligro de derrumbe, pero sí por los riesgos de desprendimientos que ocurren casi todos los días”, manifiesta el colectivo.

Igualmente, Alcázar recuerda que la comunidad del CPM es mucho mayor que la del CSM: “En el profesional hay más de mil personas y en el superior unas setenta”. De hecho, la ampa propone como solución a la masificación del edificio que, en lugar de que el CSM se traslade, lo haga el CPM, pues ocupa “con creces” las aulas disponibles del centro. “Quizá sería mejor adecuar el edificio de la calle Compañía, dejándolo para el CSM y trasladar el profesional a otro lugar”, indica la ampa del “Ramón Garay”.

Por su parte, la delegada recordó que el fin de la Junta se centra en asegurar el desarrollo académico normal de los dos centros educativos para que la situación actual del edificio y la ejecución de las obras no afecten, ni al alumnado, ni al profesorado. Asimismo, Caballero trasladó el mensaje de “tranquilidad” que aportan los informes técnicos, actualizados de forma periódica con visitas al centro educativo. “Queremos definir entre todos cómo sería deseable que las obras se realizaran para ocasionar las mínimas molestias, teniendo en cuenta las características técnicas del proyecto, así como el devenir de unos trabajos que cuentan con un plazo de ejecución de cuatro meses”, señaló.

Deterioro y grietas de las instalalciones
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Cada día, los usuarios del edificio en el que se imparten las enseñanzas musicales comprueban cómo se deteriora el centro. Las grietas se hacen cada vez más grandes y trozos de los techos caen sobre el mobiliario, como ocurrió el pasado fin de semana.