Sin “toque de queda” en el Bulevar

Los vecinos de la zona denuncian que no se cumplen los horarios de cierre del parque por las noches

14 oct 2018 / 11:37 H.

Pasan las diez de la noche y, a pesar de los horarios establecidos, el parque del Bulevar continúa abierto hasta, según cuentan los vecinos, altas horas de la noche. Son ya repetidas las quejas que muchos de ellos manifestaron a través de las redes sociales y Juan Rubio, presidente de la Asociación de Vecinos Bulevar Noreste, no las pasó por alto. “No se cierra el parque porque se le está dando todo el beneficio a un particular al que se le han cedido las instalaciones del quiosco del parque”, responde Rubio ante las posibles dudas que pueda tener cualquiera de sus vecinos.

El objetivo con el que se construyó el quiosco fue el preservar la seguridad de los niños que juegan en el parque, aunque según indica Rubio, la zona ya no reúne condiciones de seguridad, puesto que las instalaciones “tienen clavos y alambres sueltos y oxidados”. Sobre esto, añade: “El parque tiene motivos para estar clausurado y cerrado al público, porque si paseas por el parque se pueden ver muchas vallas y cintas de Policía para que la gente no acceda a zonas estropeadas. El parque está hecho una cacarruta”. A todo esto, el presidente de la asociación vecinal sostiene que, aunque la hora de cierre de las instalaciones sea a las 22:00 horas, “son las dos de la mañana y todavía está abierto. Ya están haciendo hasta “after” y los vecinos se están quejando. Por la noche, cuando cierran el pub, se vienen ahí. Todo esto, con la aceptación del propio Ayuntamiento, que ha sido quien ha cedido esto”.

A SIMPLE VISTA. Así, un simple paseo por el parque deja al descubierto todas las consecuencias de dejarlo abierto por la noche. Vandalismo, inmobiliario roto, grafitis y, tal y como describe Rubio, “los laberintos llenos de mierda humana”.

A finales de marzo, los siete profesionales que se ocupaban de las tareas de vigilancia fueron despedidos a pesar de que los ciudadanos pidieran que se quedaran. A raíz de esto, aumentaron las visitas, pero no todas mantienen una actitud saludable con su entorno. Así, Juan Rubio comenta: “Al parque vinieron de excursión de un centro escolar y el mismo monitor que les traía les dijo que si querían refrescarse metiesen los pies en la fuente. De los centros de menores también vinieron y les dijeron que daba igual meterse en la fuente. Y no. A los menores hay que enseñarles que tienen que mantener un respeto por los demás y no fomentar que hagan las instalaciones suyas para el uso que ellos quieran”.