“Si no les doy el dinero, me matan”

El fiscal desvela un “consorcio claro” para el robo y los acusados piden perdón a la hermana del fallecido

22 mar 2017 / 11:16 H.

Alas puertas de cumplir los 86 años, Beatriz Capiscol Zafra, está un tanto sorda, como es habitual en su edad, pero sin otros achaques que, aparentemente, le impidan desenvolverse. Lo demostró al declarar en la última sesión del juicio contra los acusados de ser los autores de la paliza que sufrió la madrugada del 30 al 31 de enero, de acabar con la vida de su hermano y de robarle. “Me sacaron de la cama y me llevaron al cuarto donde estaba mi hermano, matado”, afirmó, con entereza. “Uno no me soltaba la mandíbula”, apuntó en una silenciosa y repleta sala, que siguió con atención sus apuntes sobre lo ocurrido, como cuando declaró que, para que no tuviera posibilidad de avisar a nadie, los ladrones inutilizaron el teléfono y le arrancaron el colgante para avisar a la asistencia a domicilio. “Si no les doy el dinero, me matan” es una de sus frases y la que resume su descripción de los hechos. Al concluir, se quedó en la sala, sentada en las primeras filas, a escasísima distancia de los acusados.

Si lo dicho por la hermana del difunto, Manuel Capiscol Zafra, fue estremecedor, esclarecedor resultó lo que explicó el brigada Lomas, el encargado del área que investiga los homicidios de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Jaén. Este agente, con su equipo, llegó apenas un par de horas después del brutal asalto a la vivienda de la calle Tomillar. “El registro fue de ir a por todo”, precisó, a la pregunta de si había visto una clara intención de robar. La diligencia de este equipo también le llevó a sospechar, cuando todavía no habían transcurrido ni 24 horas, de unos temporeros extranjeros que habían residido en una vivienda próxima a la de los Capiscol Zafra. Ello les permitió barajar, desde el primer momento, el nombre de Ionut Daniel B. como uno de los sospechosos y, por medio de este, llegar hasta sus compatriotas, los rumanos Florin B. P. y Samir C y sus considerados contactos torrecampeños, Antonio M. C., vinculado con otros robos en el municipio, y David V. P., con antecedentes por hechos de este tipo. En el registro en la vivienda de Ionut Daniel B., en Ricla, Zaragoza, hallan la camiseta que supuestamente vestía en la noche de autos, y en la Florin B. P., la sudadera que pudo haber llevado puesta. Además, había restos de sangre de Ionut en una pared próxima al domicilio de los ancianos y los “guantes de trabajo” de Samir C. también aparecieron en Torredelcampo. Crucial, según Lomas, fue el hallazgo de una joya propiedad de Beatriz Capiscol Zafra en el BMW en el que iban los sospechosos y que la Policía detuvo en un control cerca de la Estación de las Delicias de la capital maña.

Tras escuchar la opinión de expertos, que hablaron de que la muerte de Manuel Capiscol fue por asfixia, llegó el alegado del fiscal, Cristóbal Fábregas, que habló de un “consorcio claro” de todos los encausados, incluidos los dos torrecampeños. “Estaban pringados hasta la cabeza”, reflexionó. Si no es por este trabajo conjunto, centrado en asaltar una vivienda que ya estaba en el foco de los ladrones locales, razonó, no hubiera sido posible haber ejecutado un robo en el que se empleó “una violencia desmesurada”. También les recriminó, en varias ocasiones, que ninguno de ellos llamara a los servicios de emergencia para alertar de que había dos personas malheridas en la casa en la que entraron a robar. Los tres acusados del homicidio pidieron perdón a la familia por lo ocurrido, aunque sin admitir la agresión y la muerte.

el fiscal pide 19 años y la acusación particular, 23

Los acusados de robo y homicidio se enfrentan a penas que van de los 19 años que pide la Fiscalía a los 23 de la acusación particular. Para los torrecampeños, las peticiones van de los 4 a los 5 años de internamiento penitenciario. También se reclaman indemnizaciones económicas para la hermana del fallecido.