Se atragantó en un bar

Final feliz para el que pudo ser un terrible suceso en el Domingo de Ramos. Un enfermero “de paisano” logró salvar la vida de un hombre que se atragantó mientras almorzaba en un restaurante de la capital. Con su rápida y certera reacción, logró reanimar a la víctima mientras que llegaban los servicios de emergencias. Reivindica la necesidad de hacer llegar la formación en reanimación cardio respiratoria al mayor sector de la población posible e implantarla de forma obligatoria en colegios. Cualquiera, con conocimientos, puede salvar una vida.

Se trata de Ramón Meléndrez, enfermero jiennense que trabaja en un centro de salud de Martos. Como relata, mientras que comía acompañado por su madre, enfermera ya jubilada, y su mujer, también auxiliar de Enfermería, un hombre mayor, en la mesa de al lado, empezó a sentirse mal por una obstrucción de las vías aéreas. No podía respirar y empezaba a ponerse morado. “Lo tumbamos en suelo mientras alguien avisó al 112 y nos ofrecieron un desfibrilador (de un espacio público contiguo al establecimiento)”, explica. Lo que se hace en esos casos, como recuerda, es una maniobra RCP, con masajes cardíacos y ventilación. La víctima, como explica, llegó a estar inconsciente y se vivieron minutos de angustia. Gracias a su intervención, minutos después, empezó a reaccionar ya que consiguieron que expulsara el bolo —un trozo de carne — y así volviera a respirar por si mismo, mientras que llegó el 061. “Si no se actúa rápido, puede llegar a la parada cardíaca”, apunta. Finalmente, fue trasladado al hospital ya fuera de peligro. “La cuestión aquí es que no todo el mundo conoce esta maniobra, unas técnicas que se pueden aprender rápidamente. Si no hubiéramos estado allí o nadie hubiera actuado, este hombre podría haber muerto”, reflexiona.