Repunte de los resfriados “veraniegos” por las alergias

Los asmáticos que todavía no están diagnosticados, los más perjudicados

12 jun 2017 / 11:15 H.

Intensas subidas de temperatura que hacen pensar que el mes de agosto ya está aquí, aunque todavía sea oficialmente primavera; fresco por la noches, algunas tormentas; los primeros baños en las piscinas y aparatos de aire acondicionado que ya echan a andar. Esta combinación de factores, unida a las alergias que traen las distintas floraciones, como la las gramíneas, el plantago, las ortigas, el rúmex, el quercus, el pino y 66 millones de olivos, hacen que se incrementen los resfriados. la Delegación de Salud en Jaén explica que se trata de casos, en su inmensa mayoría leves, que, eso sí, generan una mayor actividad en las consultas de los ocho centros de salud de la capital y, en general, de toda la provincia jiennense.

Estos cuadros complican, en muchos casos, el sistema respiratorio y provocan síntomas de resfriado, como la tos, pero no son graves, salvo en el caso de los asmáticos. A los que más les puede complicar la vida esta situación es a ellos, pero estos enfermos, como dejan claro las fuentes sanitarias consultadas, están controlados. Solo puede perjudicar en exceso a aquellos enfermos que todavía no están diagnosticados, que son niños y jóvenes. De ahí que, aunque molestos para el que lo sufre, los resfriados de verano no son, en la mayoría de los casos, problemas de relevancia. En las mediciones realizadas en lo que va de año, todavía no ha llegado a los niveles de 2015, cuando, como informó el Complejo Hospitalario de Jaén, se alcanzaron los 19.840 granos por metro cúbico de aire en la atmósfera. En la tierra que tiene el sobrenombre del “mar de olivos”, de todos los alérgicos, que son un 15% de la población, el doble en el caso de los jóvenes, un porcentaje que ronda el 90% es alérgico a este cultivo. Los alergólogos hacen hincapié en la necesidad de no abandonar los tratamientos ni las medidas de prevención, entre las que se encuentran reducir las salidas al campo, especialmente los días con viento, y evitar el desplazamiento en vehículos de superficie, ya que las corrientes de aire producidas por la velocidad introducen mayor cantidad de polen en las vías respiratorias, o, en cualquier caso, hacerlo siempre con las ventanillas del coche subidas.

También es conveniente utilizar gafas de sol, extremar al máximo la limpieza de la casa, humedecer el ambiente de las habitaciones antes de acostarse, dormir con las ventanas cerradas y no emplear ventilador. Las molestias y los síntomas aparecen a partir de 50 granos por metro cúbico, referencia que, de sobra, se suele superar en la provincia. En determinados casos la alergia tiene como consecuencia absentismo escolar, bajas laborales, éxodo a lugares de playa, aumento de las consultas de Urgencias y que muchas personas tengan que ocultarse tras gafas y mascarillas para evitar el picor, el escozor de ojos, las insuficiencias respiratorias y el asma.