Primeras señales para reducir la carga y descarga hasta las 11

Inquietud entre empresarios de pubs y transportistas por los cambios

03 mar 2017 / 11:30 H.

El horizonte establecido para poner en marcha la primera fase de la peatonalización y semipeatonalización del centro es Semana Santa y, a poco más de un mes para que se celebre, ya pueden observarse los primeros cambios en la zona. En la Plaza de San Francisco y en Ramón y Cajal, las horas que tienen los transportistas para la carga y descarga ya se limitan de 9 a 11 de la mañana. La reducción del horario, que, hasta ahora, se prolongaba hasta las 6 de la tarde (y así se mantiene aún en el resto de señales de carga y descarga que hay en el entorno, como pudo comprobar este periódico) es una de las medidas que están incluidas en esta primera fase de peatonalización y peatonalización del centro, en la que también se eliminarán alrededor de 40 plazas de estacionamiento que se compensarán con la adecuación de dos aparcamientos en superficie que se habilitarán, de forma provisional, en una parcela entre la calle Fuente Don Diego y la Variante Sur, con capacidad para unos 100 vehículos, y un segundo junto al colegio Jesús y María, para 60, aproximadamente.

Aparcado en la zona de carga y descarga que hay en la Plaza de San Francisco, a la altura de la Colombiana, Manuel Palomo rellenaba un albarán, sentado al volante de su camión de reparto, alrededor de la una de la tarde. “Ser transportista en Jaén es un problema detrás de otro”, confesó, con una sonrisa. Ni se había dado cuenta de que una señal limitaba el estacionamiento de 9 a 11 de la mañana. “El centro está muy mal. Los bares abren de las doce en adelante y ¡a ver dónde dejas el furgón!”, exponía, señalando que, por lo general, les toca “arriesgarse”. A la escasez de zonas de carga y descarga se suma que no todos los conductores respetan las señales. “La gente los ocupa, te dicen que están esperando a alguien y ¿qué haces? ¡No te vas a pelear!”. Así que “toca arriesgarse, dejar el furgón con las cuatro luces o en doble fila” y cruzar los dedos por que, a la vuelta, no haya una multa pisada por el limpiaparabrisas.

“De lunes a viernes deberían ampliar el horario de carga y descarga”, apuntaba el transportista, ajeno a que el objetivo municipal es el contrario. Reducirlo para que el peatón gane terreno, como se está imponiendo en el resto de capitales, atendiendo a directrices europeas para garantizar la calidad del aire y preservar el medio ambiente. Cuando se enteró, meneó la cabeza. Sonrió impotente y dijo: “No sé cómo lo vamos a hacer”.

Bajo el paraguas de Asostel, los empresarios de la hostelería no se oponen al cambio. Pero están “a la expectativa. “¡A ver cuándo el Ayuntamiento lo pone en marcha!”, indica Antonio Lechuga. La inquietud persiste. “Hay bares que abren a las 8 de la mañana y no tendrán problema con el reparto, pero los pubs lo hacen a las 4 de la tarde”, explica el presidente de la Asociación de Cafeterías, Bares y Restaurantes, que aventura: “Se tendrán que adaptar y los repartidores, acceder con carrillo de mano o con otros vehículos”. El perímetro de esta zona peatonal y semipeatonal estará delimitado por las calles Virgen de la Capilla, Rastro, Plaza de los Jardinillos, Doctor Eduardo Arroyo, Álamos, Ramón y Cajal, Ejido de la Alcantarilla, Fuente Don Diego, Adarves Bajos y Vergara hasta, de nuevo, Virgen de la Capilla. En cuanto al tráfico, que es una de las cuestiones más espinosas, San Ildefonso lo mantendrá como hasta ahora. Solo la calle Álamos invierte su sentido. Permitirá continuar hacia Ramón y Cajal y descender por Bernabé Soriano para permitir el giro a la izquierda hasta el Mercado de San Francisco. En cuanto a Vicente Montuno y la Plaza de la Constitución, el tráfico rodado no se verá limitado en esta primera fase.

Necesidad de que el tráfico fluya y de que el transporte urbano sea un reloj

La peatonalización y semipeatonalización del centro —y las consecuencias sobre el Mercado de San Francisco— tiene divididos a los comerciantes que integran la Asociación de Minoristas. Algunos observan el proyecto con “preocupación”. “Otros lo ven positivo”, indica el secretario del colectivo, Daniel Berrios, que agrega: “Hay que digerirlo”. La reducción del horario de carga y descarga no les afecta. “Incluso veríamos positivo que vengan antes a descargarnos a primera hora porque la mayor afluencia de clientes es a partir de las diez de la mañana”, valora. “Lo que no sabemos —y aquí aparecen los recelos— es cómo va a afectar tener una entrada”. La calle Joaquín Tenorio tendrá doble sentido, lo que obligará a eliminar la zona de carga y descarga. Pero esto no es en sí lo que preocupa a los comerciantes. De hecho, creen que el tráfico ganaría fluidez, puesto que, en la actualidad, los usuarios que entran por Cronista Cazabán se encuentran con dificultades para acceder al mercado. Lo que temen es la vuelta que tendrán que dar los habitantes del sur de la capital. Por eso, estudian pedir “una entrada más directa” a la zona para ellos. Para todos estos cambios, el presidente de Asostel también es necesario tener “un transporte público en condiciones”. “Si eso falla, caemos todos, como fichas de dominó”, observa.