Piden 12 años de cárcel al acusado de violar a una joven

La víctima, una universitaria mexicana, fue agredida sexualmente en un portal

15 feb 2019 / 11:51 H.

La Fiscalía solicita 12 años de cárcel para Eduardo A. M., el hombre de origen boliviano acusado de violar a una estudiante de la Universidad de Jaén en un portal cercano a la calle La Luna. Es el máximo castigo que contempla el Código Penal para un delito de agresión sexual. Los hechos se remontan al 3 de diciembre de 2017, cuando la víctima, una joven mexicana, fue abordada por un hombre cuando regresaba a su casa. El asaltante la metió por la fuerza en un portal y la violó. Después, huyó a la carrera cuando fue sorprendido por dos vecinos.

La chica, que se encontraba en la ciudad gracias a un programa de intercambio universitario, denunció los hechos ese mismo día. Explicó que regresaba a su domicilio tras haber estado de fiesta. En su denuncia, admitió que había tomado alcohol y que, por eso, tenía lagunas de memoria. Sí que recordó que un hombre se le acercó en las inmediaciones de la calle La Luna y que comenzó a hablarle. Lo siguiente que contó es que despertó en el interior del portal, que estaba desnuda de cintura para abajo y que ese hombre la estaba tocando. Su reacción fue comenzar a gritar. El agresor salió corriendo. Justo en ese momento, dos personas que pasaban por el lugar lo vieron salir del portal. Una persiguió al atacante, mientras que la otra se quedó para ayudar a la víctima. El violador consiguió escapar y su rastro se perdió. Sin embargo, la Policía Nacional logró detener a un sospechoso cuatro meses después de los hechos. Los agentes tenían una descripción del atacante aportada por los testigos. También contaban con una imagen captada por una cámara de seguridad. Era una fotografía muy nítida del agresor. Faltaba ponerle nombre a esa cara. Tras una laboriosa investigación, los policía llegó a la conclusión de que el hombre que parecía en la fotografía era Eduardo A. M. Por eso, fue detenido el pasado mes de marzo.

En un principio, el arrestado admitió ante el juez que estaba en la calle La Luna aquella madrugada, pero negó ser el violador de la joven universitaria. Ante el juez explicó que él también escuchó los gritos de auxilio de la joven estudiante y que se acercó al portal para ver qué pasaba. Sin embargo, en ese momento, pensó que le podrían estar tendiendo una trampa y que iba a ser víctima de un robo. Por ello, salió corriendo de allí, sin detenerse, según siempre su relato. El magistrado decidió dejarlo en libertad con cargos.

En la decisión del juez pesó mucho el consentimiento prestado por el sospechoso para someterse a una prueba de ADN de forma voluntaria. Los forenses recogieron muestras de semen del cuerpo de la víctima. A finales del pasado año llegaron los resultados: esos restos pertenecen a Eduardo A. M. Prácticamente, es una prueba irrefutable en su contra que, además, hizo añicos su coartada. Posteriormente, la víctima, que está en México, identificó al acusado como su agresor en una rueda de reconocimiento realizada por videoconferencia. Otra prueba muy contundente que la Fiscalía llevará al juicio, para el que todavía no hay fecha y en el que pedirá una condena de 12 años de cárcel y una indemnización de 7.500 euros para la víctima.