Pequeños agricultores en el Jardín de los Sueños

Niños hospitalizados reponen las plantas aromáticas del Materno-Infantil en una actividad organizada por ALES

13 nov 2017 / 08:46 H.

Manos, grandes y pequeñas, llenas de tierra, que provocan una enorme sonrisa. El Jardín de los Sueños fue un hervidero de vitalidad con la presencia de unos inesperados jardineros, gracias a una actividad organizada por el colectivo ALES junto con la colaboración de Clece y el Hospital Materno-Infantil de Jaén. Los niños hospitalizados de todas las edades se pusieron “manos a la obra” para dejar su “granito de arena” en la reposición de las plantas de la zona ajardinada del patio del segundo piso. Las especies escogidas para repoblar la zona fueron romero, tomillo y lavanda, unas 120 plantas que se colocaron con sumo esmero para su adecuado crecimiento.

Antes de ponerse “manos a la masa”, los niños, tanto ingresados como miembros de la asociación, y sus padres, recibieron un cursillo básico sobre la preparación del terreno y la correcta colocación de la planta. Enseguida se pusieron en marcha y no tardaron en llenar los huecos. Juan Galera, presidente de ALES, se mostró muy contento con cómo respondían los pequeños a la actividad, pues “son los que más disfrutan”. Aseguró que este tipo de ejercicios les ayuda a salir de sus habitaciones, a estar al aire libre, “aunque sea en el patio”, pero que para ellos estar ahí, “es un mundo de diferencia”. “De esta forma también se les inculca una educación distinta a tener un juguete, pues ahora, al venir al Jardín y ver cómo ha quedado, valorarán su participación, porque una parte de ellos está en esas plantas”.

Por su parte, David Cobo, de Clece, cuenta que, tras el duro verano, era necesario reponer el jardín, por lo que aprovecharon para incluir a los pequeños en la actividad. “Son plantas resistentes que se encuentran en terrenos complicados y secos, pero que aun así viven con fuerza, lo aguantan todo y superan cualquier dificultad, como estos niños”, afirmó.

“Muy bien, así, echa la tierra”, alentaba María Millán, de Villacarrillo, a su hijo Javier, que cuenta con cinco años. El pequeño lleva ingresado desde el miércoles por un ataque de epilepsia, pero enseguida le darán el alta, por lo que la “fiesta en el jardín” les pilló por sorpresa. “Me parece una idea maravillosa, estamos encantados, porque es una actividad preciosa y que prueba que se piensa en ellos, que es lo importante”, comentó la madre mientras vigilaba cómo Javier rellenaba con tierra los huecos alrededor del romero. “Esto es tan importante como la medicina, que salgan y les dé el sol, que tomen el aire y descansen de las horas y horas en sus habitaciones”, prosiguió Millán, y añadió: “Para niños como mi hijo, que llevan poco tiempo, está bien, pero para los que tienen que permanecer más, es algo esencial”.