Medio millar de voces gritan por el abandono de El Valle

Passo anuncia nuevas movilizaciones para “recuperar sus plazas”

21 sep 2017 / 10:03 H.

Un hombre, ya mayor, descansa en un banco del Paseo Virgen del Rocío, en el corazón del populoso barrio del Polígono de El Valle. A la pregunta de a que se debe tanto ruido, responde: “Es una manifestación, hay que arreglar las calles, las alcantarillas, tienen ya más de 45 años. De todos modos, da igual, porque los políticos se pasan las protestas por ahí”. Menos escéptico se mostró Mario Liébanas Johnson, presidente de la Asociación de Vecinos Passo, organizadora de la protesta que, minutos antes de que el parroquiano razonara de esto modo, había comenzado en la vía dedicada a la patrona de Almonte. “No vamos a parar hasta conseguir que las administraciones solucionen el problema de los espacios públicos y las plazas. Se traza de zonas privadas y cambiarlo es tan fácil como que el Ayuntamiento y la Junta quieran ponerse de acuerdo”, deja claro, convencido de que el éxito de esta movilización, con, al menos, medio millar de asistentes, removerá conciencias y desbloqueará la situación.

Para abrir la marcha reivindicativa, por delante de la pancarta que portaban ciudadanos, iban dos expertos en tocar el bombo, hacían mucho jaleo y, uno de ellos, Raúl, sugería lemas al encargado de vocear, megáfono en mano. “Ángel, ahora dices, no nos mires, únete”, dicho y hecho. Junta a esta consigna, otras como “el barrio unido jamás será vencido” y otras algo más procaces, dirigidas al alcalde, el popular Javier Márquez, y la presidenta de la Junta de Andalucía, la socialista, Susana Díaz. Mario Liébanas Johnson, que pertenece a la ejecutiva local de Ciudadanos, eludió a conciencia ocupar el primer puesto de entre los manifestantes, para que no pareciera que el acto estaba politizado. Los que no se escondieron fueron los de IU, como el coordinador provincial de esta fuerza, Francisco Javier Damas, y el concejal de Jaén en Común, Manuel Montejo, que venía de Las Fuentezuelas, donde residentes se habían manifestado en defensa del centro social del barrio. En opinión del edil, lo que ocurre en El Valle es tan sencillo como que los dos poderes que pueden buscar una solución, no lo hacen porque no quieren, que, como dijo, “miran hacia otro lado”. Especialmente duro, eso sí, se mostró con el Gobierno local al que echó en cara que, mientras para proyectos como las obras del Jaén Plaza no hay pegas y se solventan, a toda velocidad, los posibles inconvenientes técnicos que puedan surgir, en este barrio, se emplean trabas de ese tipo, a su juicio, perfectamente subsanables. “El empleo que se genere aquí se queda en Jaén, no como el del centro comercial”, argumentó, en alusión al plan de empleo prometido para el barrio por la Administración andaluza para esta parte de la ciudad, necesitada de una “discriminación positiva”.

Y es que, detrás de la pancarta, dedicada a las plazas y espacios públicos que no se arreglan —a riesgo de que, por ejemplo, la empresa que recoge la basura diga que no se hace cargo de ellos, como apuntan desde Passo— había mucha frustración vecinal, el sentimiento de que solo se acuerdan de ellos cada cuatro años, para pedirles el voto.