“Me preguntó que si quería cocaína de la buena”

El fiscal pide tres años de cárcel para un galduriense que ofreció droga al cabo de la Guardia Civil, que iba de paisano

20 sep 2018 / 12:06 H.

La Fiscalía mantuvo su petición de tres años de cárcel para Míkel V. B., al que acusa de un delito contra la salud pública. Presuntamente, este joven galduriense ofreció droga a al cabo de la guardia civil de Jódar, cuando el agente estaba de paisano tomando un café en un bar del pueblo. “Me llamó, me enseñó una cajita que tenía unas 15 o 20 papelinas y me preguntó que si quería cocaína de la buena”, relató el guardia al tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia. “Le dije que estaba cometiendo un delito y que iba a proceder a su detención”, añadió el agente. Lo que Míkel V. B. hizo fue, presuntamente, tragarse varias de la dosis y entregar el resto a unos jóvenes que estaban cerca. “A mí me dio una cajita. La dejé en una ventana”, explicó una de estas personas, que declaró como testigo. Tras deshacerse de la droga, el acusado se marchó a su casa, perseguido por el guardia a corta distancia. Fue arrestado poco después. “No pude detenerlo antes porque no era seguro para mí”, explicó el funcionario, a preguntas de la defensa. Después, el abogado le cuestionó sobre si no le parecía raro que su cliente le quisiera vender droga sabiendo que pertenece a la Benemérita: “Pues sí”, se limitó a responder.

Míkel V. B. negó que ofreciera la cocaína al cabo del puesto de su pueblo: “Lo conozco de toda la vida y sé que es guardia. Vivo a 150 metros del cuartel... ¿Cómo iba a hacer eso que dice?”, se preguntó el acusado, desde el banquillo. Admitió que llevaba menos de un gramo de cocaína encima: “Habíamos estado toda la noche de fiesta con los amigos y tenía dos papelinas que nos habían sobrado. Solo dos”, explicó. Al respecto, señaló que el guardia civil se le acercó “de sopetón” a la puerta del bar y que se puso muy nervioso al verlo: “Sé que es el cabo de Jódar. Me puse muy nervioso y no se me ocurrió otra que tragarme la dosis e irme a mi casa”, concluyó.

Para el Ministerio Público, los hechos son constitutivos de un delito contra la salud pública. Por ello, el fiscal mantuvo su petición de tres años de cárcel para Míkel V. B. Por su parte, la defensa considera que no hubo tráfico de estupefacientes, al entender que no queda acreditado que su cliente ofreciera la droga. Alegó que “la escasa sustancia” que tenía el acusado era para consumo propio. Por ello, solicitó la libre absolución con todos los pronunciamientos favorables. El juicio quedó visto para sentencia en la Sección Segunda de la Audiencia.