Los talleres del centro de Las Fuentezuelas, al raso

Los usuarios del espacio vecinal presentan 188 solicitudes de actividades y le exigen al Ayuntamiento mantener el local

13 oct 2017 / 10:30 H.

Los usuarios del Centro Social de Las Fuentezuelas se ven tan en la calle que decidieron escenificar ese sentimiento como una medida de protesta. Por eso, sacaron sus colchonetas y algún otro material de sus talleres para realizar las clases al raso. La Asociación de Vecinos de Las Fuentezuelas-Azahar-Robles “Fuente del Árbol” exige al Ayuntamiento que le devuelva este espacio, al igual que lo tienen otros barrios. Lo hacen después de que sacaran su material y la concejal Reyes Chamorro firmara un convenio de cesión con la Federación de Personas con Discapacidad “Fejidif” para establecer lo que se denominó entonces un acuerdo de uso compartido.

En cambio, estos vecinos dejan claro que nada tienen contra Fejidif, pero señalan que les hacen falta sus salas para continuar con las actividades que han desarrollado hasta ahora. Por eso, salieron a la puerta del centro para hacer las actividades deportivas entre la sorpresa de los viandantes que caminaban por allí. Dejaron claro que les gustaría hacerlo dentro del centro, pero que el Gobierno municipal les ha llevado a esta situación.

Inscripciones. “Fuente del Árbol” indica —en un comunicado— que ha presentado 115 solicitudes individuales de residentes que manifestaban su voluntad de participar en los talleres del centro. De esta manera, ya suman 188. “El barrio ha cumplido”, afirma. De hecho, de esta manera quiere recalcar que no existe una infrautilización de este espacio, tal y como comentan que les dijo la concejal.

Por otro lado, los vecinos señalan que el resto de centro ya han convocado las reuniones informativas para ver el contenido, los horarios y los días para realizar los talleres. En cambio, creen que el Gobierno municipal no cumplirá el compromiso con el Centro Vecinal de Las Fuentezuelas porque no existen actividades, ni carteles, ni noticias sobre los talleres.

“Esperamos que el equipo de Gobierno haya palpado el malestar vecinal. Por eso, le exigimos que acepte todas las solicitudes que se han presentado, garantice la existencia de un centro de servicios para el barrio y desarrolle los talleres con las monitoras que ya estaban aquí, ya que realizaban una importante labor”, afirman los vecinos. Precisamente, existen muchos usuarios que se niegan a acudir a realizar las actividades a otros centros vecinales. Recalcan que están lejos de su domicilio y que no les resultan útiles. Además, entre los usuarios existe un sentimiento de malestar que radica en la incomprensión del motivo que les hace compartir el centro —en el mejor de los casos, pese a que insisten en que no hay espacio— o abandonarlo para cedérselo a un colectivo social.