“Los mensajes los escribí yo, pero no quería incitar al odio”

El fiscal mantiene su petición de cárcel para un jiennense por textos racistas

15 may 2019 / 11:06 H.

Felipe Carlos M. C., un jiennenses de 40 años, se sentó ayer en el banquillo de los acusados para responder de un delito de incitación al odio. En su perfil de una red social en la que se hacía llamar “Emperador 88” escribió numerosos mensajes que, para la Fiscalía, son merecedores de una condena de dos años de cárcel por ser discriminatorios, violentos y racistas: “Moro y maricón, no puede haber más desgracia”, “Los gitanos, como las bombillas: colgando y con las tripas ardiendo” o “hay que empaquetarlos (a los inmigrantes) y a la selva con los monos, de donde nunca debieron salir” son solo algunos ejemplos de lo que dejó escrito en su página de Facebook entre los años 2012 a 2016. “Yo escribí esos comentarios desafortunados, pero que no iban contra nadie. Mi intención no era incitar el odio contra ningún grupo social o ninguna raza”, se defendió ante la magistrada del Penal 3.

Admitida la autoría de los comentarios, el juicio se reduce a una cuestión meramente de valoración jurídica. Es decir, su señoría tendrá que decidir si esos 18 mensajes tienen “contenido violento” e invitan de un modo “claro y directo” a ejercer el odio contra determinados colectivos como musulmanes, gitanos e inmigrantes. “La finalidad era provocar el odio y la discriminación contra estos colectivos, generando riesgo y peligro, así como atentar y despreciar la dignidad de las personas”, dice, literalmente, el escrito de acusación del fiscal.

Felipe Carlos M. C. negó esta tesis y aseguró que realizó esos mensajes en una época en la que se encontraba muy mal desde el punto de vista psicológico, debido a que cayó en una depresión por encontrarse sin trabajo: “Estaba fatal”, dijo para añadir que tenía diagnosticado un trastorno de la personalidad para el que estaba en tratamiento. Además, afirmó que los comentarios los hizo “en caliente”: “Los escribía tal y como me venían a la mente”, dijo, literalmente. “Estoy muy arrepentido. Siento vergüenza y escarnio. Lo que no deseo para mí, no se lo deseo a nadie”, agregó.

La Fiscalía consideró que Felipe Carlos M. C. es autor de un delito de incitación al odio y mantuvo su petición de condena de dos años de cárcel, además del pago de una multa de 3.000 euros. “Hay que recordar que estuvo cuatro largos años publicando estos contenidos de carácter claramente ofensivo y violento”, destacó en su informe la representante del Ministerio Público.

Por su parte, la defensa reclamó la libre absolución, al entender que la actitud de su cliente merece tan sólo “un reproche moral”. “En ningún caso puede ser castigado desde el punto de vista penal y aún más teniendo en cuenta que se enfrenta a una petición de dos años de cárcel”, sostuvo el letrado.

Felipe Carlos M. C. es uno de los pocos jiennenses que se ha sentado en el banquillo por un delito de odio. Fue imputado por la Guardia Civil de Navarra, que detectó los mensajes en 2017 y abrió una investigación contra él, denominada la operación “Keito”. Los agentes pusieron de relieve “la gravedad y la brutalidad” de los contenidos publicados. Su señoría debe decidir si son también constitutivos de un delito.