“Los jueces tienen un gran poder ante la Administración”

El magistrado del Supremo José Suay Rincón, en el Campus de Las Lagunillas

29 mar 2017 / 11:29 H.

José Suay Rincón, magistrado de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo, se tomó un café con sus anfitriones, la decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, Isabel Ramos Vázquez, y el director del Departamento de Derecho Público de la UJA, Antonio Marti del Moral, antes de entrar al Salón de Grados del Edificio Zabaleta de la Universidad de Jaén. Conoce el Campus de Las Lagunillas, porque ya había estado como conferenciante; incluso, en sus tiempos de universitario conoció la provincia. Le esperaba un auditorio lleno de estudiantes que querían escuchar la conferencia de este juez, hombre cercano, con amplia experiencia en la docencia, nada menos que 22 años en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Como experto en conocer hasta donde puede llegar el ciudadano en su lucha con los poderes públicos, razonó: “Los jueces tienen unos importantes poderes frente a la Administración, que no siempre ejercen; pero, ni mucho menos, son enanos frente a gigantes”. “El estudiante, en general, y el ciudadano más todavía, no suele ser consciente y puede tener esa visión de que los jueces poco pueden hacer”, abundó, al hilo de la creciente sensación de que no hay nada que hacer ante cierta clase de atropellos.

Por eso, ante un público formado por futuros abogados y jueces, recordó que, antes de llegar al ámbito penal, hay muchas normas y procedimientos que pueden paralizar una irregularidad y una infracción cometida por un ayuntamiento o un gobierno autonómico. “Hay ejemplos en materia de sanidad, ante la denegación de licencias e, incluso, se han llegado a anular planes urbanísticos”, apuntó. Otra de las cuestiones claves, a juicio de este magistrado, es cómo obran los hombres y mujeres que visten la toga una vez que se dictan las sentencias. En ocasiones, o se demora su cumplimiento por parte de la Administración condenada o esta opta por cumplirla de forma fraudulenta, lo que obliga a intervenir de nuevo al juez, que, como insistió, tiene elementos para corregir esta situación. Bien lo sabe cuando trata asuntos de urbanismo, medio ambiente y los relacionados con aguas, conflictos entre mineros y usuarios de agua, además de todo lo relativo al litoral. “Esto en Jaén interesa menos, porque es un paraíso interior”, bromea, para dejar claro: “Estoy encantado en mi área, es la que probablemente más me atraiga”. Y, a la pregunta de si es lo mismo dar clase que impartir justicia, sostiene: “Al final todo es Derecho, pero sí hay que cambiar un poco la perspectiva, ser más prudente en los juicios y las expresiones de las sentencias. No obstante, tampoco renuncio a mis orígenes, porque no tengo el perfil de juez que no le gusta hablar en público o participar en conferencias.