Los jiennenses gastan un poco más en ropa y tiran de los precios

El IPC alcanza el 1,9% por el auge en el consumo en primavera, pero las empresas siguen sin poder despegar

14 jun 2017 / 11:55 H.

El Índice de Precios de Consumo (IPC) que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) empieza a espabilar. Mientras que en Almería, Cádiz y Córdoba baja la inflación, en Jaén, Málaga y Sevilla crece, mientras que en el resto de provincias se mantiene. Sorprende que la tierra del “mar de olivos” evolucione a la par de Málaga y Sevilla, que son dos “motores” de Andalucía. No obstante, existe una explicación.

La economía jiennense se ha movido en unas cuotas de gasto muy bajas durante los últimos meses, una tendencia que se ha roto en mayo. Las comuniones, el buen tiempo, el calor y las terrazas han hecho que los hombres y las mujeres de la provincia eleven el consumo, sobre todo, a la hora de adquirir ropa y calzado, que se muestra como el segmento en el que más crecen los precios. Las prendas costaron en mayo un 3,8% más que en abril debido a que existían más clientes y una firme voluntad de adquirir productos.

De todos modos, el consumo en la provincia se mantiene en parámetros bastante bajos. La inflación es la misma que la de la comunidad. Además, desde enero hasta ahora, el valor de la vida, es decir, lo que cuestan los productos y los servicios que se consumen diariamente, prácticamente, cuestan lo mismo. Sin embargo, si se toma como referencia mayo del pasado año, el auge está en el 1,9%. Generalmente, el incremento de los precios no está bien visto, pero la mejora de la economía necesita una inflación positiva. Los precios suben porque existe consumo, lo que se traduce en mejora de los beneficios de las empresas, más empleo y un mayor flujo de euros en circulación, que son parámetros que resultan indispensables.

Precisamente, los segmentos que han elevado el IPC están al margen del pulso económico o, lo que es lo mismo, son gastos que vienen impuestos más allá de la evolución de las empresas jiennenses. De hecho, el incremento anual de los gastos que genera una vivienda es del 6,1%, es decir, de pagar la hipoteca, la electricidad, el gas o el agua. Y aquí no existe un auge en los precios que redunde en las empresas de esta tierra, sino que son beneficios que se marchan a otros lugares.

Asimismo, también surge una dicotomía en materia salarial. El IPC ya se encuentra en el 1,9% respecto al año pasado o, lo que es lo mismo, los jiennenses que no hayan visto que su sueldo ha crecido en este porcentaje se darán cuenta que son un 1,9% más pobres, que es la merma del poder adquisitivo que se registra actualmente. Ahora, queda ver cómo acaba el año, aunque parece que el auge salarial es una cuestión clave.