Los contenedores solidarios

La empresa de economía social de la Fundación Cáritas espera cerrar 2017 con 20 personas contratadas

15 feb 2017 / 11:30 H.

Ha sido más tarde de lo previsto, pero los contenedores solidarios de Cáritas, para la recogida de ropa y calzado viejos o usados, empiezan a colorear con su color rojo algunos de los lugares más céntricos y estratégicos de la capital. La instalación del primero tuvo lugar ayer, la ubicación es el Paseo de la Estación esquina con Eduardo García Triviño, y el propio director de Cáritas Diocesana, Rafael López-Sidro, supervisó la colocación. Mañana, jueves, se instalarán otros tres en Puerta Barrera, en la Plaza de los Jardinillos, delante de Correos, y el tercero, en la Rotonda de la Guardia Civil, al final de la Avenida de Andalucía.

“Ya estamos contentos”, sintetizó López-Sidro. Fue en el mes de agosto cuando la organización no gubernamental, dependiente de la Iglesia, pidió al Ayuntamiento los permisos para colocar estos contenedores, que están vinculados con la empresa de economía social que la fundación puso en marcha poco antes de verano, para luchar contra la exclusión de las personas más desfavorecidas. Sin embargo, un “problemilla burocrático” ha demorado su instalación hasta ahora. En total, se repartirán diez contenedores por toda la capital y, en función de la respuesta de la ciudadanía, se instalarán más, apuntó el director de Cáritas Diocesana, que destacó los “pasitos firmes y seguros” que está dando esta empresa dedicada a la formación y al empleo. En la actualidad, da trabajo a 12 personas y, en mayo, espera contratar a otras 2. Será —indicó López-Sidro—: “Si Dios quiere y abrimos la tienda que tenemos pensado en Jaén”.

Por lo pronto, ya están sopesando posibles locales en la zona más comercial de la capital, la calle San Clemente y sus inmediaciones. “De ahí no nos queremos salir, pero tenemos que encontrar el local menos caro. Nos tienen que cuadrar los números”, señaló el director de Cáritas Diocesana, que valoró la ilusión de la gente que está colaborando con un proyecto que, sin alejarse de la esencia solidaria de la organización, diversifica su labor y la redirige a la búsqueda de proyectos que dignifiquen las vidas de aquellos que menos recursos tienen. “Hay un grupo de gente muy ilusionada, con ganas y deseos de que esto siga adelante”, resaltó López-Sidro. Sorprendido por lo deprisa que va la empresa, remachó: “Considerando que somos humildes, económicamente hablando, si seguimos al paso que vamos, a final de año podríamos tener a 20 personas trabajando en la empresa”.