Le piden 3 años de cárcel a pesar de que el ADN incrimina a otro hombre

“Están cometiendo conmigo un error gravísimo”

06 may 2016 / 13:00 H.

Francisco Javier Aguilar Lara asegura estar viviendo “una pesadilla”, motivada por lo que considera un “grave error judicial”. La Fiscalía pide tres años de cárcel para este vecino de la capital por un delito de agresión sexual. Presuntamente, abordó a una adolescente de 17 años en el barrio de Las Fuentezuelas y le realizó diversos tocamientos. Sin embargo, hay una prueba de ADN que lo exculpa y que, además, incrimina a otro hombre, que tiene una larga lista de antecedentes penales por delitos contra la libertad sexual. “Conmigo se está cometiendo una gran injusticia”, aclara Francisco Javier, que está llamado a sentarse en el banquillo de los acusados en el próximo mes de octubre.

El “calvario” de este jiennense de 38 años arrancó hace ya casi dos años, a finales de junio de 2014. Fue entonces cuando recibió una llamada de la Policía para comunicarle que debía presentarse en la Comisaría lo más pronto posible. Cuando llegó, fue detenido por un delito de agresión sexual. Según los investigadores, Francisco Javier Aguilar era el hombre que se había abalanzado sobre una menor de edad que caminaba por la calle Europa para realizarle tocamientos por todo el cuerpo. Tras cometer los hechos, el agresor se dio a la fuga y escapó. “Yo no lo hice. Soy inocente, lo juro. Esa noche estaba en casa con mi pareja”, recuerda, casi entre lágrimas.

¿Por qué detienen, entonces, al protagonista de esta historia? Ya tenía un antecedente previo por un delito de exhibicionismo que, según él, tampoco cometió. Estaba fichado. La Policía enseñó a la víctima diversas reseñas y la adolescente señaló la fotografía de Francisco Javier Aguilar Lara. Su testimonio fue suficiente para arrestarlo y para que toda la maquinaria judicial comenzara a funcionar en su contra. Pasó una noche en los calabozos y todavía tiene vigente una orden de alejamiento con respecto a la menor. “Ni siquiera sé quién es”, aclara. Y, además, la Fiscalía ya lo ha acusado formalmente de un delito de agresión sexual, por el que pide tres años de cárcel.

Sin embargo, el Ministerio Público no ha tenido en cuenta una prueba fundamental en este caso. Cuando se produjeron los hechos, la víctima forcejeó con su agresor. Llegó a arañarlo. En sus uñas quedaron restos biológico, que fue recogido por los forenses del Instituto de Medicina Legal. Los resultados obtenidos, que se conocieron que llegaron al Juzgado en mayo de 2015, eran más que concluyentes: el perfil de ADN no pertenecía a Francisco Javier Aguilar Lara, sino que era de otro varón.

Lo curioso es que los expertos de la Policía Científica lograron poner nombre a esos restos. En concreto, correspondían a Pedro E. Y., un hombre de 50 años, también vecino de la capital y que está considerado como uno de los “devoradores” sexuales más activos de la última década. De hecho, acumula numerosas condenas por abusos y ha pasado una larga temporada en la cárcel. El 20 de junio de 2014, cuando se produjo el episodio de Las Fuentezuelas, ya estaba en libertad. De hecho, acababa de ser condenado por unos hechos similares registrados apenas un mes después en la Avenida de Andalucía.

“Yo no sabía quién era. Sin embargo, cuando vi su foto en el periódico (ver edición del pasado 27 de abril) y comprobé las iniciales, supe que podía ser el agresor. Era la pieza que faltaba”, asegura Francisco Javier.

Rápidamente, se fue a ver a su abogado, Alberto Marín Weil, para contarle lo que había descubierto: “Nos quedamos de piedra”, explica el letrado. Y añade: “Lo que está claro es que esta prueba exculpa totalmente a mi cliente, que ni tendría que ir a juicio”.

Mientras tanto, Francisco Javier Aguilar Lara asegura que todo lo que está viviendo en estos dos últimos años le ha destrozado la existencia para siempre: “No tengo una vida normal. Me da vergüenza ir a determinados sitios por el qué dirán. Ni tan siquiera fui capaz de ir a la cena de Nochevieja con mi familia porque me sentía muy mal”, relata, con un nudo en la garganta. “Solo espero que la Justicia rectifique este grave error y se aclare que yo no hice nada”, concluye.

Los detalles

Detención. La Policía Nacional detuvo a Francisco Javier Lara tres días después de que sucedieran los hechos, en la madrugada del 20 de junio de 2014. El arresto se produjo debido a que la víctima lo reconoció en su ficha policial.

Instrucción. Durante la investigación judicial, este jiennense de 38 años siempre defendió su inocencia a capa y espada. Aseguró a los policías y al juez instructor que, en la noche de autos, estaba en su casa. Sin embargo, no lo creyeron.

Análisis. Los forenses del Instituto de Medicina Legal extrajeron restos biológicos que quedaron en las uñas de la víctima tras el forcejeo con el agresor. Casi un año después, llegaron los resultados: el ADN no era de Francisco Javier, sino de otro hombre identificado como Pedro E. Y., que tiene numerosos antecedentes por delitos contra la libertad sexual.

acusación. La Fiscalía ha pedido tres años de cárcel para Francisco Javier. El juicio está previsto para octubre en el Penal 1.