Las talas masivas no logran frenar el avance de la Xylella

Agricultores alicantinos se niegan a cumplir la orden de cortar árboles afectados

19 ago 2017 / 11:26 H.

La Xylella fastidiosa, la bacteria que ataca a árboles leñosos como los olivos, los almendros y los cítricos, avanza mortalmente. Como la enfermedad todavía no tiene cura conocida, la única forma de intentar frenar su avance es la tala radical. Así lo decretó la Unión Europea, que tras confirmarse los primeros de este mal en Italia, ordenó eliminar toda la vida vegetal existente en cien metros a la redonda de cada árbol infectado. Sin embargo, esta medida no ha servido para contener una enfermedad que tapona los vasos por los que circula la savia, colapsándolos hasta matar a la planta.

De hecho, la Xylella saltó en 2015 desde el país transalpino a Baleares y, posteriormente, en concreto a finales de junio, se detectó en la Península ibérica, con dos focos confirmados en Alicante. En las últimas semanas, han aparecido nuevos casos positivos —falta la confirmación oficial— en la comunidad valenciana, a escasos 300 kilómetros en línea recta de la provincia. A Jaén, de momento, no ha llegado la bacteria más temida por los olivareros, aunque algunos dicen que es cuestión de tiempo. Se han reforzado los controles y se ha aumentado la plantilla de expertos para combatir el avance de esta enfermedad.

Lo que parece claro es que las talas no parecen frenar a la bacteria y las voces en contra de este sistema de erradicación empiezan a levantarse entre los agricultores que ven peligrar sus explotaciones. Y es que con las primeras cortas obligadas por la administración han llegado también las primeras protestas. Precisamente, en Alicante, el lugar en el que se detectó el segundo foco en una plantación de almendros, las gentes del campo se declararon “insumisas” con la orden de cortar. Medio centenar de agricultores y vecinos del municipio de la Vall de Guadalest, apoyados también por algunos alcaldes, impidieron que las máquinas enviadas por la Consejería de Agricultura de la Comunidad Valencia cortaran y destruyeran sus árboles. Denunciaron que las labores se iban a realizar sin comunicárselo al propietario ni pedirle autorización, y criticaron, además, que la tala llegaba a escasos días de comenzar la recolección de almendra.

En cualquier caso, los antecedentes no son buenos. Esas mismas protestas —y la tibieza que provocó en la actuación de las administraciones— propiciaron que la Xylella se expandiese rápidamente por el sur de Italia hace cuatro años. En la región de Apulia, la enfermedad es prácticamente endémica. Algo parecido ocurre en Baleares, donde las autoridades hablan de que es ya “irreversible”. Su avance parece imparable.

Desde hace meses, la Junta de Andalucía ha intensificado las medidas de control de la Xylella fastidiosa. De la mano del Seprona, los técnicos de la Consejería controlan el movimiento de plantas y evitar la venta ilegal, ya que se considera un foco por el que podría entrar la bacteria. Asimismo, Jaén se considera una zona fronteriza respecto al lugar en el que se ha detectado, es decir, una provincia en la que se vigila con mil ojos.

situación “Irreversible” en Baleares

Europa ya da por perdida la batalla contra la plaga de Xylella fastidiosa en Baleares. La Comisión Europea cree que ni la tala masiva que exige su normativa garantizaría acabar con la devastadora bacteria que afecta a almendros, olivos, acebuches y decenas de árboles del archipiélago. Las primeras conclusiones de la auditoría realizada en junio dibujan una situación “irreversible”.