Las propiedades antitumorales del aceite de oliva

La obra muestra los beneficios de unos compuestos minoritarios en el “oro líquido”

19 abr 2018 / 08:43 H.

Un trabajo que puede suponer un antes y un después en la investigación del cáncer. Eso supone la obra de Antonio Segura, coordinador de investigación científica del Centro Tecnológico de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional de Granada, y Javier Menéndez, investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Girona-Instituto Catalán de Oncología sobre un inhibidor metabolo-epigenético natural de las células madre tumorales presente en el aceite de oliva virgen extra que se hizo con el IV Premio Internacional Castillo de Canena de Investigación Oleícola “Luis Vañó”.

Antonio Segura explicó que con esta investigación se demuestra que una propiedad inherente al aceite de oliva extra, unos compuestos minoritarios, los polifenoles, tienen una capacidad bioactiva bastante alta. “Lo que hemos hecho es demostrar esa capacidad anticancerígena”. En el caso del Centro Tecnológico de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional, ha aislado, purificado y caracterizado esos compuestos para conocerlos muy bien, tras lo que se han probado sus líneas celulares para demostrar su capacidad inhibitoria en células de cáncer de mama”. “Con ello contribuimos a demostrar algo que se conoce, que es que el aceite de oliva es un buen alimento, que tiene unos compuestos minoritarios muy saludables; que desde el punto in vitro se trata de montar una capacidad anticancerígena, pero que tiene una capacidad preventiva muy interesante y que podemos aprovechar como un superalimento que es el aceite de oliva”, subrayó. Este tipo de moléculas con capacidades bioactivas se encuentran en aceites virgen extra, e incluso están presentes en la hoja del árbol.

Por su parte, Javier Menéndez aseguró que, a partir de ahora tienen que conseguir que esa molécula con actividad antitumoral probada en el laboratorio con animales pueda llevarse a los humanos. “Sabemos que este tipo de moléculas son inestables y es difícil que tenga una vida muy larga en los pacientes. Como investigadores, lo que nos toca es una labor dura, de años, para mimetizar esas moléculas y generar nuevas, más estables, que recapitulen toda la actividad que hemos visto en una molécula natural”, apuntó. Y es que la molécula presente de forma natural en el aceite es capaz de cambiar las instrucciones genéticas de las células madre tumorales. Pero de cada 10.000 moléculas que se ensayan en Oncología 1 llega al mercado, por lo que el camino aún es complicado.