Las obras de la plaza Deán Mazas “representan” los valores de una sociedad patriarcal

11 jul 2018 / 19:28 H.

Las mujeres del movimiento Feministas 8M Jaén manifestaron su oposición a la obra que se está ejecutando desde esta semana en la céntrica plaza de Deán Mazas, al considerarla un ejemplo del dañino desarrollo urbano que prima lo productivo frente al bienestar de las personas, y en el que los espacios públicos de la ciudad son pensados para generar flujos de movimiento y económicos en detrimento de su carácter comunitario.

Según el comunicado:

“Este tipo de intervenciones reproducen los valores de una sociedad patriarcal ligados a los valores de una sociedad capitalista que prima el beneficio y el negocio por encima de la vida de las personas. Esto, ni más ni menos, es lo que opinamos sobre la polémica intervención que se está desarrollando en la plaza, que consideramos que alterará de manera irreversible su fisionomía, al eliminar los jardines que la estructuran, la mayor parte de la vegetación y por tanto de su fauna asociada, y elementos tan característicos como su pavimento para sustituirlo por granito, un material totalmente ajeno a la ciudad de Jaén. Afirmamos que el proyecto obvia por completo la perspectiva feminista en su concepción, ignorando aspectos como las condiciones de salubridad y habitabilidad, la protección y los derechos de la infancia, los cuidados y las dependencias, la mezcla de usos y ritmos, la protección de quien vive y convive, el derecho a la ciudad y al acceso a la participación urbana (no como consumidoras, sino como sujetos activos).

Consideramos que proyectos así no hacen sino confirmar que la ciudad se diseña según un patrón masculino implícito e inconsciente de usuario: personas independientes, sin ningún problema de discapacidad o salud, sin responsabilidades de cuidado de niñas y niños o mayores, ajenas a los procesos de mantenimiento tanto de la propia ciudad como de su hogar.

Desde esta perspectiva, pedimos la paralización y la revisión del proyecto y exigimos que se introduzca la perspectiva de género en las intervenciones urbanísticas de la ciudad, y se estudien las modificaciones a realizar para consolidar una estructura urbana que facilite la movilidad y la accesibilidad, el uso de espacios y equipamientos públicos conectados con la naturaleza, habitables y agradables, y la seguridad en zonas que por sus características urbanísticas puedan ser peligrosas, adecuándolos a las necesidades actuales y futuras de las mujeres. En definitiva, que ponga la vida en el centro de las decisiones urbanísticas”.