Las íntimas andanzas de un arrabalero muy querido

Luis Miguel Sánchez Tostado inaugura las fiestas del Arrabalejo con un repaso por la historia del barrio

03 sep 2016 / 10:34 H.

Experto en ofrecer conferencias a todo tipo de público y gran divulgador de las interesantes investigaciones a las que ha dedicado gran parte de su carrera, Luis Miguel Sánchez Tostado desgranó su propia historia y la de su barrio “de toda la vida”: el Arrabalejo. El criminólogo y escritor fue el pregonero de las fiestas de esta popular zona de la ciudad en las que invitó a los asistentes a un particular viaje, el de su infancia y adolescencia, pero, al mismo tiempo, el de varias generaciones.

En su estilo divulgador, Sánchez Tostado cuestionó a los asistentes sobre el gentilicio de quienes residen en el Arrabalejo. “Seríamos arrabaleros, ¿no?”, dijo, mientras algunos se reían. Un original arranque para adentrarse en la historia del barrio del que recordó: “Y el arrabal, en las ciudades medievales, eran los espacios que había fuera de las murallas, a extramuros, es decir, en la periferia”. En su detallada explicación, el pregonero se sirvió del impacto de la imagen, por lo que, proyectó fotografías e ilustraciones que le acompañaron en su relato. “El Arrabalejo nació como todo lo que lleva vida en sus comienzos, pequeño, tímido, casi imperceptible en torno al camino de Córdoba lindero con la muralla”, indicó. Luis Miguel Sánchez compartió protagonismo con el pilar del barrio, al que le dedicó unas palabras. “La vida en el Arrabalejo giraba en torno a su pilar, con sus aguadores y cantareros, sus bestias de reata en el abrevadero y sus niños a la caza de avispas, o botando barquitos a la deriva”.

A medida que se aproximaba temporalmente a la actualidad, cada vez se sumaban más vecinos al viaje, con el que comenzaron a revivir sus propias imágenes, la de una memoria colectiva. Desde los momentos más pícaros del barrio y sus calles dominadas por las prostitutas. “El barrio se fue dotando de colmados y tabancos, de tabernas y de putas. Porque también tuvimos puterío, que a nuestro barrio no le faltó de nada. Las mujeres que fumaban estaban en los callejones de Santa Clara”, dijo.

En su intervención, Sánchez no olvidó a los comercios más tradicionales, así como sus tabernas y las costumbres más arraigadas como la celebración de San Antón. Las anécdotas más divertidas del niño Luis Miguel también fueron pregonadas entre recuerdos escolares y juegos callejeros. Reivindicativo con argumentos, Sánchez aprovechó para proponer la sustitución del nombre de la calle “Millán de Priego” por el que tuvo durante cuatro siglos: “Los Morales del Arrabalejo”.

Dedicado a la memoria de Antonio Martos (tío del protagonista), el pregón abrió las fiestas del barrio que se celebrarán a lo largo de este fin de semana.