La Marea del Cucharón lleva su protesta al Neurotraumatológico

La Plataforma por la Sanidad Pública y de Calidad de Jaén, también conocida como la Marea del Cucharón, protagonizó, como desde hace un año y medio, una nueva protesta en la que recriminan lo que consideran la “situación insostenible” en la que se encuentra la sanidad pública. Eso sí, en este caso sus integrantes cambiaron su ubicación habitual, por lo que la manifestación se celebró a las puertas del Hospital Neurotraumatológico de Jaén. “Hemos decidido hacer las concentraciones más itinerantes, por lo que en esta ocasión nos solidarizamos con la paciente que sufrió quemaduras en el centro sanitario, mientras que para la próxima semana haremos lo propio con la familia de la mujer que falleció en las Urgencias de Úbeda”, manifestó el portavoz de la plataforma, Andrés Gómez.

Además, durante la jornada solicitaron explicaciones por el estado de abandono en el que, consideran, se encuentran las instalaciones, al tiempo que recriminaron la privatización del servicio de mantenimiento que, en su opinión, tanto tiene que ver con esta situación. “Lo que buscamos con estas medidas de protesta es que los gestores de la sanidad pública se preocupen un poco más de las cuestiones más esenciales de la sanidad pública, puesto que realmente es en lo básico en lo que estamos mal. Y el resultado de las privatizaciones ahí está. No hace falta que yo lo diga porque se está viendo el resultado”, apuntó Gómez. En esta línea, recordó que las inversiones en reformas y mantenimiento preventivo son nulas, y solo se realizan intervenciones cuando se producen averías: “Pero eso, muchas veces, cuesta, y, por ejemplo, en una reunión con los trabajadores de mantenimiento celebrada recientemente, el perito dio un parte con varias soluciones, de las que se opta por la más barata”.

Respecto a la cocina, reconoció que la situación es insostenible, ya que la maquinaria y las instalaciones se encuentran en un estado lamentable, con el consiguiente riesgo de accidentes de los trabajadores y retrasos en las elaboraciones: “A ello se suma la falta de personal, que hace que la comida aún llegue más tarde a los enfermos”. Y no solo se deja sentir en El Neveral, donde los trabajadores cenan en torno a las diez de la noche, puesto que en el caso del Neurotraumatológico la hora en la que comen los pacientes que se encuentran allí ingresados ronda las nueve. “Con estos retrasos de entre una hora y media y dos, lo que me parece una barbaridad, lo que ocurre es que las medicaciones hay que darlas en un horario adecuado a las comidas, por lo que estamos sufriendo una hora y media de retraso en la administración de medicación, lo que nos preocupa sobre todo en el caso de los diabéticos”, puntualizó Andrés Gómez.

Por último habló del “engaño” de bajarse al personal del Neveral para reforzar los turnos debido al aumento de dietas es continuo: “No se han reforzado los turnos de trabajo y solo quedan esas personas para disminuir e, incluso, paralizar la contratación de cocineros y pinches por bajas y vacaciones”. Eso conlleva, puntualizó, estrés y sobrecarga en los trabajadores que quedan.