La Junta revisa la fauna salvaje para frenar la tuberculosis

El delegado de Agricultura reconoce que la enfermedad ganadera no baja todo lo que debería en algunas zonas

24 ene 2018 / 08:53 H.

El delegado de Agricultura tiene un lenguaje muy claro. Ante la pregunta de qué medidas tenía la Junta frente a la movilización de los ganaderos de toros bravos ante la alta prevalencia de la tuberculosis y las medidas impuestas por las administraciones, Juan Balbín fue rotundo: “Tienen razón”. Asimismo, continuó: “Hacemos los controles que nos exige Bruselas, pero algo falla. Sé que es una puñeta que, por una vaca enferma, se le inmovilice toda la ganadería, pero la norma comunitaria es así. Sabemos que hay zonas de ganadería extensiva que, pese a las medidas sanitarias y los controles, la tuberculosis no baja todo lo que debería, por lo que estamos convencidos de que la fauna salvaje tiene mucho que ver”. El delegado de Agricultura abogó por incrementar la coordinación con la Delegación de Medio Ambiente para abordar este tema, ver qué ocurre y estudiar cómo se puede solucionar. Los ganaderos extensivos insisten en que sus animales viven en un régimen, prácticamente, de libertad, por lo que entran en contacto con los animales salvajes —jabalíes, ciervos y gamos—, que pueden ser portadores de la tuberculosis. En cambio, a ellos se les inmoviliza la ganadería si se detecta un caso.

Juan Balbín insistió en que la normativa se tiene que cumplir, pero apeló a estudiar con detalle el caso y en el ámbito científico, ya que existen zonas —generalmente, lugares monteros— en los que la enfermedad no baja, pese a las enormes exigencias que sufren los ganaderos de extensivo.

De dos a un saneamiento al año

Tres decenas de ganaderos de toros bravos jiennenses se reunieron, hace unas semanas, en La Carolina, para emprender una campaña de recogida de firmas. Consideran que el plan de erradicación de la tuberculosis ha fracasado y piden medidas sanitarias que realmente sirvan para atajar la enfermedad y no solo para obligarles a sacrificar reses que, en ocasiones, son falsos positivos, para inmovilizar las ganaderías y para obligarlos a realizar dos saneamientos al año. Creen que con uno es suficiente.