La jerga en clave de los narcos: “Llévate la lista de los coches”

En noviembre de 2016, la Policía Nacional culminó una espectacular operación antidroga que llevaba más de seis meses fraguándose. Los agentes de la Brigada de Estupefacientes se incautaron de 245 gramos de cocaína que Juan G. C., alias “El Chori”, ocultaba en un compartimento oculto del salpicadero de su coche. La Fiscalía asegura que este narco había viajado desde Linares con la intención de vender la droga a un “camello” de Jaén, en concreto a Cándido E. C., que le iba a entregar 6.000 euros a cambio del paquete. La entrega, prevista en el polígono Llanos del Valle, no llegó a efectuarse, porque las Policía intervino. Ayer, cuatro personas, entre ellas los dos protagonistas de esta historia, fueron juzgadas en la Audiencia por un delito contra la salud pública.

“El Chori” no se la jugó y decidió aceptar el acuerdo alcanzado por su defensa con el Ministerio Público: se comerá tres años y un mes entre rejas y deberá pagar una multa de 43.000 euros. Su yerno, Juan M. R., también ha sido condenado a un año y siete meses de cárcel, como coautor. Junto a ellos, también se sentaron en el banquillo Cándido E. C. y Juan C. M., conocido como “El Nene”. Ambos son vecinos de la capital y, presuntamente, eran clientes de “El Chori”. El fiscal asegura que compraban al narco de Linares importantes cantidades de droga para distribuirla “al menudeo” en Jaén. “Eso es mentira. Yo me dedico a la venta de coches. Quedamos en el polígono aquel día porque quería comprarme un ‘Megane’ rojo”, se defendió Cándido E. C.

En su contra están las grabaciones que efectuó la Policía de las conversaciones que ambos mantuvieron en los meses previos a su arresto. Negociaciones en las que utilizan un lenguaje en clave. Una jerga oculta que solo ellos conocen: “Llévate la lista de los coches”, le dijo el supuesto comprador a “El Chori” en una de sus conversaciones. Los investigadores aseguran que le estaba preguntando por la calidad de la droga. “Tráete los papeles”, le respondió el vendedor, en referencia al dinero, según siempre la Policía. En otra de las conversaciones, hablaban de “mil kilos de sandías”, lo que traducido significa un kilo de cocaína. “Están aquí los primos. Yo te aviso cuando puedas recoger el coche”, se le escucha decir a Juan G. C. en otras de las grabaciones captadas por los agentes.

Cándido E. C. insistió en que no sabe nada de drogas y que solo acudió a la cita con “El Chori” para venderle un vehículo. Cuando a uno de los policías le preguntaron por esta cuestión, fue muy tajante: “Yo no vi el ‘Megane’ ni los papeles de ningún coche. Yo solo vi la droga escondida en el salpicadero”, respondió. El fiscal mantuvo su petición de cuatro años de cárcel para los dos vecinos de la capital, supuestos compradores. Los dos vendedores admitieron los hechos y serán condenados.