La crueldad de un maltratador

Se orinaba encima de su pareja, le escupía en la boca y la quemaba con cigarrillos

02 dic 2017 / 11:37 H.

Juan Reyes C. C. tiene el dudoso honor de ser el primer jiennense condenado por un delito de torturas. Sometió a la que fue su pareja sentimental a todo tipo de vejaciones, escarnios y ultrajes. Se orinó encima de ella, le escupió en la boca, le cortó el pelo para ponerla fea e, incluso, llegó a apagarle cigarrillos en los brazos. Las fotografías del cuerpo de la víctima son escalofriantes. “Se me fue la cabeza, madre”, dijo este joven de Arjona desde los calabozos del Penal número 4 de Jaén, donde ayer fue juzgado y condenado. Su progenitora le pedía explicaciones antes de entrar a la sala de vista. “Mi hijo necesita que lo vea un psiquiatra. No está bien”, le decía a su abogado en los pasillos.

Juan Reyes C. C. reconoció los hechos ante la magistrada. Se declaró autor de un delito de malos tratos habituales, tres delitos de lesiones en el ámbito familiar, otro de coacciones graves y un último delito de torturas —es la primera vez que se aplica en la provincia—. Su confesión le valió una significativa rebaja de la pena. De principio, la Fiscalía solicitaba once años de cárcel. Finalmente, fue condenado a tres años y nueve meses de prisión, 30 años de alejamiento de la víctima y el pago de 2.500 euros de indemnización por las secuelas y los daños morales ocasionados.

Los hechos son, desde luego, escalofriantes. Juan Reyes C. C. y la víctima, Estefanía, comenzaron una relación en septiembre de 2016, cuando se casaron por el rito gitano. En noviembre de ese año, rompieron y la retomaron el pasado mes de agosto. Durante todo el tiempo que estuvieron conviviendo, el hombre sometió a su esposa a un trato humillante y vejatorio, “con una actitud totalmente agresiva y celosa”. La agredió varias veces con una inusitada violencia física. Le daba golpes por todo el cuerpo y con todo tipo de objetos, desde una vara, pasando por una plancha o un ladrillo. Ella jamás lo denunció por miedo.

Además de esas palizas, Juan Reyes C. C. humillaba a su pareja de forma continua: “Le escupía en la boca, se orinó encima de ella, le cortó el pelo y llegó a apagarles cigarrillos en los brazos”, recoge, literalmente, la sentencia. Por esos hechos, la Fiscalía presentó contra él un cargo de tortura. El pasado 9 de agosto fue cuando Juan Reyes C. C. encerró a Estefanía en su casa. Le colocó una silla en la puerta para evitar que pudiera abrirla. Fue un vecino que oyó los gritos de ayuda el que la rescató. La joven huyó de Jaén y se marchó a otra provincia, donde se atrevió, por fin, a denunciar su infierno. Desde entonces, Juan Reyes C. C. está en prisión preventiva. Ayer salió de la cárcel durante unas horas para ser juzgado y admitir los maltratos y desprecios que perpetraba sobre su esposa.

La sentencia aplica la agravante de reincidencia. Y es que este veinteañero de Arjona ya fue condenado por el mismo Juzgado en junio de 2017 por agredir a otra mujer, con la que también tenía una relación. En esa ocasión tuvo que hacer 57 días de trabajos en beneficio a la comunidad. Y lo más llamativo es que a Juan Reyes C. C. todavía le queda, al menos, otro juicio pendiente por, presuntamente, dar una paliza a otra tercera chica, con la que también contrajo matrimonio por el rito gitano. La víctima, llamada Pilar, perdió varias piezas dentales como consecuencias de los golpes. Según el fiscal, la joven le confesó a su marido que ya no lo quería y que pretendía romper la relación. La reacción de Juan Reyes C. C. fue, según la Fiscalía, darle golpes por todo el cuerpo. Es más, el Ministerio Público explica que le estampó un bote de laca en la cara, lo que hizo que ella perdiera varios dientes. A continuación, intentó cerrar a su mujer en la habitación, aunque ella consiguió escapar y pedir ayuda a una vecina. En ese momento, salió a la calle en busca de su esposa y, por la fuerza, la arrastró de nuevo al domicilio familiar.

El escándalo hizo que la Guardia civil se personara en el lugar. Juan Reyes C. C. trató de impedir que la mujer bajara a hablar con los agentes. No obstante, y ante la insistencia de los funcionarios, ella salió a la calle. Fue detenido y enviado a prisión preventiva, donde estuvo hasta el 27 de junio de 2017, es decir, algo más de dos meses. Este caso está pendiente de juicio. La Fiscalía le pide 5 años de cárcel.

Fue poco después de salir de la cárcel cuando retomó la relación con su primera esposa, con Estefanía, con la que apenas estuvo tres semanas en el mes de agosto. La víctima vivió un infierno de palizas y humillaciones, una situación que finalmente se atrevió a denunciar. “Se me fue la cabeza”, le reiteró Juan Reyes C. C. a su madre cuando los agentes de la Policía Nacional lo llevaban de nuevo a la cárcel tras declararse autor de los hechos.