La Cámara prepara su propio funeral

Manuel Barrionuevo: “Tantos viajes, trabajo, esfuerzo y reuniones no merecen un final triste, sino uno muy feliz”

21 oct 2016 / 11:36 H.

Al presidente, Manuel Barrionuevo, le duele “enterrarla”, pese a que está seguro de que se la entregaron “enferma” de muerte. Salvo que ocurra un “milagro”, parece que la Cámara de Comercio e Industria de Jaén morirá, por lo que pronto, en vez de un pleno, habrá una comisión liquidadora y personas dándole vueltas a la cabeza para ver qué se hace para no dejar a los emprendedores jiennenses sin estos servicios. Algunos creen que se podría refundar otra, mientras que también los hay que ven con buenos ojos una integración o fusión entre las dos que quedarán, como la de Linares o Andújar.

El pleno de la Cámara de Comercio e Industria se reunió —en la tarde y noche de ayer— para revisar las cuentas de los dos años en los que ha trabajado el equipo de Manuel Barrionuevo. Sonaba a despedida, ya que hoy llegarán los números a la Consejería de Comercio —en un ejercicio de transparencia—. Para muchos será su última reunión, aunque otros todavía conservan la esperanza.

“Dos años de trabajo llenos de viajes, reuniones y tanto esfuerzo no merecen un final triste. Deseo que esto acabe bien”, narraba el presidente, Manuel Barrionuevo, después de la reunión. Existían dos posibilidades. Por un lado, alquilar el Vivero de Empresas e hipotecarlo con un crédito que permitiera quitar el “tapón” de embargos que le impide optar a cualquier tipo de ingresos de algún programa. En cambio, existe una cláusula del uso del suelo que lo impide. No obstante, el presidente se ha agarrado, en las últimas semanas, a una “jugada” que sonaba a “maestra”, pero que era imposible. Quería vender el Vivero de Empresas, situado en la calle Federico Mayor Zaragoza —da a la Carretera de Madrid— a una Administración y que esta, durante un tiempo, lo destinara a este mismo uso, por lo que así se podría cerrar la operación. Sin embargo, hay expertos a los que les surgen dudas. Ayer mismo se plantó en el despacho del presidente de la Diputación Provincial, Francisco Reyes, para ofrecerle el edificio —según confirma—, pero no obtuvo los frutos deseados. La Administración provincial ya compró el de la calle Hurtado y se plantea como una operación que resulta imposible. Ninguna otra Administración pública puede acometer el desembolso. De ahí que, salvo sorpresa, la Cámara de Comercio e Industria se va al “hoyo”.

Por el momento, existen cuatro días para contemplar las cuentas públicas de la gestión. La Cámara se encuentra totalmente parada por los embargos. Hay luz porque se instaló un generador. El comité y el pleno están citados, otra vez, para el próximo miércoles, donde sí que se puede cerrar una dimisión en bloque, que conllevaría entregar las “llaves” a la Consejería de Comercio como administración tutelante. A partir de ahí se abriría paso a una comisión liquidadora y Jaén se quedaría sin su Cámara de Comercio, con casi 130 años de vida.

Manuel Barrionuevo anoche, en ocasiones, entonaba el tono de despedida. Otras decía que todavía había esperanza y que quería pelear hasta que llegara el último momento. No obstante, para muchos no tiene sencillo alargar la “agonía” si el final está en un funeral. “Quiero lanzar un SOS porque no todo está perdido. Los empresarios de Jaén no se merecen un final triste. Esto no nos puede pasar aquí, en esta provincia. Ojalá que no ocurra”, concluye.

Hacen falta 1,5 millones con urgencia

El ejercicio económico indica que harían falta 1,5 millones de euros para desbloquear la institución y permitir que entren programas que dejen carga de trabajo e ingresos. La deuda supera los 3 millones de euros, aunque con la mitad sería suficiente para intentar una fórmula que permitiera salir hacia adelante a la institución. Los embargos proceden de Hacienda, Seguridad Social e indemnizaciones a algunos extrabajadores.

Un plan de viabilidad “atascado”

El plan de viabilidad de la Cámara de Comercio e Industria quedó atascado por una avalancha de indemnizaciones derivadas de los juicios perdidos. Los que entonces eran sus empleados, cansados de trabajar sin cobrar, comenzaron a acudir a la Justicia para rescindir su relación laboral. Los primeros cobraron —gracias a un crédito y a la venta de un edificio—. El resto lo tiene más difícil. Dependerá del patrimonio.