La aceituna se “equivoca” con los meses

El estado de la cosecha es de julio o principios de agosto en vez de septiembre

07 sep 2018 / 09:16 H.

Si existiera alguna aceituna “parlanchina”, es decir, con capacidad para hablar —aún no se ha encontrado en los 66 millones de olivos que existen en Jaén— y se le preguntara en el mes que vive, seguro que diría que a finales de julio —si está en la sierra— o en la primera quincena de agosto —si vive en la campiña—. Mientras, los agricultores, con el calendario en la mano, saben que la cosecha no se ha enterado que hoy es 7 de septiembre —como cantó Mecano—.

Los olivareros saben que la cosecha no está como debiera. No es que la vean mal. Más bien, todo lo contrario. Eso sí, viene mucho más despacio de lo que resulta habitual. Por eso, cuando realizan la planificación, tienen claro que, hasta que no entre diciembre, no van a empezar a recoger. Y así se lo dicen a los jornaleros con los que ya han hablado para que formen parte de la cuadrilla. Los operadores del mercado también bajaran esta posibilidad. Tienen claro que en Jaén no habrá aceite de la nueva campaña hasta las primeras semanas de diciembre. Por eso, el “stock” o enlace de la pasada campaña volverá a ser determinante para el mes de noviembre, algo que se unirá a los primeros aceites portugueses. Esos sí estarán, ya que la mayoría de las fincas son de arbequina y suelen madurar mucho antes que las de picual, que es la monovariedad de la provincia jiennense. La aceituna va más tarde de lo habitual porque el pico de polinización se registró en la última semana de mayo —en vez de en la primera o en la segunda—. Esto ocurrió porque llovió muy tarde, por lo que el desarrollo vegetativo del cultivo a lo largo del año fue más lento de lo normal. Ahora, se nota en la cosecha. No obstante, si se cumplen las expectativas, seguro que no importa esperar un poco más.