Juicio a un hombre acusado de violar a sus dos hijos pequeños

La madre también se sienta en el banquillo por consentir los supuestos abusos

06 feb 2016 / 10:20 H.

La Audiencia acoge, el próximo lunes, el juicio por uno de los casos más escalofriantes que se recuerdan en la provincia. Un matrimonio de la capital tendrá que responder por unas acusaciones gravísimas. La Fiscalía acusa al padre de violar en repetidas ocasiones a sus dos hijos —un niño nacido en julio de 2008 y una niña de septiembre de 2005—. Y considera, además, que la madre sabía lo que ocurría y que, en ningún momento, hizo nada por evitarlo. El Ministerio Público acusa a Ramón C. P. y a Manuel L. G. de dos delitos continuados de agresión sexual y pide una condena de 24 años de cárcel para cada uno de ellos. Los procesados siempre han negado sistemáticamente haber abusado de sus hijos.

El escrito de acusación del Ministerio Público es durísimo. Explica que el progenitor sometió a su hija “a diferentes prácticas sexuales”, que abarcan desde las relaciones completas hasta el hecho de introducirle objetos por el ano y los genitales: “Haciéndole evidente daño que hacía sangrar a la menor”, sostiene la fiscal Montserrat de la Calle Paunero en su escrito de acusación provisional. Presuntamente, hacía lo mismo con su hijo menor, “al que también hacía llorar de dolor”.

El Ministerio Público aclara que la madre conocía los abusos de los que eran víctimas sus hijos pequeños. “En ningún momento, procedió a impedir o evitar la consumación de dichos actos ilícitos”, remarca la Fiscalía. Es más, agrega que, en ocasiones, observaba las supuestas agresiones sexuales desde el umbral de la puerta de la habitación. “Se quedaba inmóvil sin impedirlo”, explica. Y añade: “A la niña le decía que no contara nada a nadie”.

Los hechos ocurrieron, presuntamente, antes del 2 de marzo de 2011. En esa fecha, los menores fueron declarados en situación de desamparo por la Junta de Andalucía. Los servicios sociales tomaron esa decisión al observar “numerosos factores de riesgo” en la familia. Desde entonces, pasaron por numerosos centros de protección de menores hasta que fueron acogidos por unos padres adoptivos.

Los niños, que en la actualidad tienen 10 y 7 años, presentan sentimientos de miedo, según los psicólogos que los han tratado. Los pequeños sufren “alteraciones graves en el área sexual y daño severo en áreas emocionales”. De hecho, los especialistas aconsejan que no acudan al juicio, porque el interrogatorio podría conllevar un agravamiento de su estado. A los menores ya se les tomó declaración durante la instrucción de la causa, un interrogatorio que fue grabado. Por ello, la Fiscalía considera que no es necesario que los niños vuelvan de nuevo a relatar lo sucedido. Si la sala considerara “imprescindible” escucharlos, el Ministerio Público pide que declaren a través de videoconferencia. Del mismo modo, el fiscal solicitará a los magistrados de la Sección Segunda que el juicio se celebre a puerta cerrada.

Calificación. Los progenitores están acusados de dos delitos continuados de agresión sexual. Cada uno de ellos se enfrenta a una petición de condena de 24 años de cárcel —el máximo castigo—, una indemnización de 20.000 euros, veinte años de alejamiento a contar desde que salgan de prisión y la pérdida definitiva de la patria potestad.

A la vista oral están citados a declarar como peritos la pediatra, la psicóloga y la trabajadora social que trataron a los niños. También tendrán que mostrar su pericia los forenses del Instituto de Medina Legal de Jaén y los especialistas de la Fundación Márgenes y Vínculos, que se entrevistaron con los menores. El juicio está previsto para el lunes.

Carta desde la cárcel por su inocencia
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Ramón C. P. se encuentra actualmente en el Centro Penitenciario de Jaén, donde cumple condena por otra causa distinta al caso que se juzgará el lunes. Este vecino de la capital, de 35 años, siempre ha negado haber abusado de sus hijos. Lo hizo durante la instrucción del procedimiento y lo hará cuando se siente en el banquillo de la Audiencia. Además, Ramón C. P. también ha clamado por su inocencia en una carta remitida a la Redacción de Diario JAÉN, en la que lamenta “el daño y la repercusión negativa” que ha tenido este caso en su persona y en su familia. “Es irreparable sea cual sea la sentencia”. El acusado basará su defensa en que el testimonio de los niños —principal prueba de cargo de la Fiscalía— está contaminado, es decir, que la denuncia fue “una invención” porque vivían mejor con la familia de acogida y no querían volver con sus padres biológicos.