Levantamiento inesperado de baldosas de una autoescuela

Concentrados en dar con la respuesta correcta, los alumnos de la Autoescuela Fernando, ubicada en la calle Manuel Jontoya, se vieron interrumpidos por un extraño ruido. De repente, en cuestión de unos escasos minutos, las baldosas ascendieron formando una cresta —que posteriormente cayó— y desafiando la gravedad. Ya había pasado el mediodía y la propietaria del centro, Rosa Cuesta, junto a su marido, Fernando Martínez, decidieron desalojar a los aspirantes al permiso de conducir. “Estaban haciendo tests y empezamos a escuchar un ruido parecido a como si estuviera granizando. En ese  momento, las baldosas se levantaron solas en cuestión de diez minutos. Inmediatamente, les dije a todos que salieran”, contaba la profesora de la autoescuela, ya en la calle rodeada de sus alumnos y vecinos.

29 ago 2015 / 08:39 H.


Con el temor de la incertidumbre y la posibilidad de que el movimiento del suelo fuera el síntoma de algo más grave, Cuesta llamó a los técnicos de Aqualia que les indicaron que aquello no se debía a ningún problema de tuberías. Al cabo de unos minutos, Bomberos y Policía Nacional acudieron para analizar el suceso. También llegaron los técnicos municipales junto con el arquitecto de la Gerencia de Urbanismo.
Los primeros temores de los vecinos se dirigieron a la casa que fue derrumbada hace unas semanas en la calle Portillo y que se encuentra en la misma manzana del edificio de la autoescuela. “Puede ser que el derribo de la construcción haya afectado a este bloque”, elucubraba Rosa Cuesta.
Sin embargo, el jefe del cuerpo de Bomberos, José Miguel de la Torre, que estuvo presente en la inspección de la zona, junto con el arquitecto municipal, descarta la relación con el derribo de la casa. En este sentido, el responsable del Cuerpo de Seguridad asegura que no hay signos de movimiento del edificio. “Lo que ha ocurrido es que ha habido una dilatación del material del pavimento, que es de gres, debido al calor”, explica De la Torre. De hecho, apunta que se trata de un fenómeno que ocurre a menudo.
Rosa Cuesta recuerda que las baldosas las pusieron nuevas cuando abrieron el centro formativo hace veinte años. “Dicen los técnicos que es por el calor, pero en estos últimos años también hizo y nunca nos ha pasado nada parecido”, cuenta la responsable del negocio. En cualquier, caso Rosa Cuesta se lamenta de que la rotura del embaldosado se produce en unos momentos complicados. “Tenemos a unos alumnos que están con la presión de sacarse ya el carné porque se van a estudiar fuera. Los que estaban esta mañana [por ayer] no creo que ya vuelvan esta tarde, y menos siendo viernes. Este fin de semana estudiaremos la solución entre mi marido y yo. En cualquier caso, el lunes tendremos que abrir porque el martes hay exámenes”, cuenta.