El extra empieza a “desaparecer” del supermercado

Atentos a las estanterías de supermercados y grandes almacenes. En la mayoría no queda aceite de oliva extra, por lo que su hueco ahora está ocupado por caldos vírgenes. No ocurre en todos, pero sí en muchos. Un consumidor, con empeño, seguro que al final hallará el zumo de la aceituna de la máxima calidad, pero si acude a una tienda con un elevado índice de rotación del producto o, lo que es lo mismo, en las que se compra mucho, resulta bastante complicado encontrarlo.

29 jul 2015 / 09:33 H.


No es más que otra de las consecuencias de la singular campaña oleícola motivada por la caída de la capacidad productiva en la provincia de Jaén, que tuvo una de las producciones más bajas del siglo XXI y el alto ritmo de exportaciones de caldos de calidad al extranjero. Sin embargo, pensar que las grandes superficies no tienen aceite de oliva virgen extra porque se produjo muy poco resultaría bastante iluso. Aquí se puede hacer un experimento, que consistiría en intentar comprar aceite de oliva virgen extra y seguro que se consigue. No obstante, habría que hacerlo en las cooperativas o en las almazaras de esta provincia, que sí que todavía cuentan con garrafas de zumo de aceituna de la máxima calidad envasado con sus marcas. Y aquí surge, tal vez, la explicación más racional de lo que ocurre en los lineales de los supermercados. Es verdad que queda poco aceite de oliva virgen extra porque se produjo muy poco, pero también se ha de tener presente que tampoco se trata de la calidad más consumida en el país. Los españoles, que siguen sin tener la formación necesaria, se llevan más suaves e intensos, que son mezclas de refinados y vírgenes y que, también, resultan bastante más baratos.

Más bien parece que las grandes empresas de distribución se adaptan a las nuevas circunstancias del mercado. Saben que comprar un virgen extra a granel ahora resulta bastante caro. De hecho, ronda los 4 euros por kilo porque hay muy poco. Si se le añaden los gastos de envasado y los márgenes comerciales, habría que comercializarlo a unos 6 euros, pese a que se trata de un producto que ha funcionado como reclamo comercial para atraer a clientes a la tienda —con ofertas de hasta 2 euros—. Por eso, como muchos clientes, tal vez, no entenderían esa subida de su valor, muchos optan por sustituir el extra por el virgen, que ahora tiende a equipararse pero estuvo mucho más barato. Seguro que muchos clientes no notan la diferencia.