Amor a la luz de la sociedad

Lo que en otras sociedades está penado y perseguido, en muchos países desarrollados no se permite o se ha visto a lo largo de la historia como un “pecado mortal” es posible en Jaén.

02 jul 2015 / 10:36 H.

La ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo cumple diez años y ha conseguido que decenas de hombres y de mujeres tengan amor a la luz de la sociedad. Algunos dicen que aquí ser gay es más difícil que en Torremolinos, Mallorca o Barcelona. Otros, en cambio, lo ven con la misma normalidad que en esas ciudades y explican que nada cambia en el mar de olivos. El registro oficial de matrimonios del mismo sexo deja claro que los jiennenses lo han tomado con la más absoluta normalidad. La norma que aprobó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no abrió las puertas a una “avalancha” de enlaces, ni fue ignorada en la provincia jiennense. No obstante, en los primeros meses sí que obtuvo una receptividad mucho mayor, ya que existían personas que esperaban una norma así para oficializar su amor, al igual que lo hace un hombre y una mujer.

Precisamente, el Instituto de Estadística de Andalucía hace un repaso por las bodas que se registran en Andalucía y deja bien claro que los matrimonios homosexuales se han movido en una tendencia que está marcada por la más absoluta normalidad. Representan un porcentaje bastante bajo en esta tierra respecto a los de las parejas heterosexuales —se mueve entre el 0,3 y el 2% según el año—. De hecho, si se hace un repaso por cada año de esta década se ve, con claridad, que siempre están por encima de los 5, pero rara vez han superado los 20.

"Normalidad social"

Un buen ejemplo es el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Linares, Luis Moya. Puede que ser el edil de la provincia que más matrimonios civiles ha oficializado, ya que acaba de superar los 700. Además, él se acogió al derecho que propiciaba la ley socialista para casarse con David Castro, el chico del que se enamoró. “Esta ley nos ha dado una normalidad social. Hay que tener muy presente que una boda es un acto para la sociedad. Sirve para hacerte más visible. La verdad es que no necesitaba casarme o, lo que es lo mismo, tener un papel que acreditara mi amor. Sin embargo, se dieron una serie de circunstancias personales que me hicieron cambiar de idea”.

El hoy marido de Luis Moya, David Castro, es militar y fue destinado a la guerra de Afganistán. “Si le pasaba algo, yo no era nada para él. Entonces, quise ejercer el derecho porque me di cuenta que contraer matrimonio era necesario”, explica Luis Moya. De ahí que, el 4 de junio de 2011, el alcalde de Linares, Juan Fernández, oficializó la unión de Luis Moya y de David Castro. “Para mí no ha cambiado nada. Creo que con quien compartes tu vida es algo muy personal. A veces, cuando te ven con el anillo, te dicen: ¿Quién es tu mujer?. Y le dices: Es mi marido. Al principio, algunos se quedaban algo cortados. En cambio, yo veo que se lo toman ya con bastante normalidad”, concluye.

En España, el Instituto Nacional de Estadística revela que el 2,1% de los matrimonios son de parejas del mismo sexo. En Jaén cuesta algo más, ya que lo normal es que no supere el 1% de los enlaces. No obstante, en ocasiones, lo importante no es el número, sino los derechos que conlleva y que la sociedad lo asuma con normalidad.

Isabel Martínez, presidenta de la Asociación de Padres y Madres por la Diversidad: “El derecho está, pero aún la sociedad ha de avanzar más”     

Isabel Martínez preside la asociación que representa a los padres y a las madres que tienen un hijo o hija homosexual. “El derecho se ha conseguido, pero la sociedad todavía tiene que avanzar más. Sufrimos con muchas personas que padecen homofobia, que es muy fácil de practicar y bastante difícil de demostrar y perseguir”, explica Isabel Martínez. Además, tiene claro que uno de los errores de los padres está en intentar cambiar la condición sexual de su hijo o hija cuando en edades tempranas ven que tiene preferencias por el mismo sexo.

“Aún existe mucho miedo a darse la mano, a besarse o a decir que eres homosexual en el trabajo. Tenemos ahora un caso de un chico jiennense que lo han despedido y sabemos que ha sido por su condición. El problema está en probarlo”, añade. Por eso, considera que la educación resulta clave para atajar la homofobia y conseguir la integración plena de las personas que se enamoran de otras del mismo sexo. “Nosotros damos charlas por los colegios y aún notamos algunas risas. Esto cambiaría si en las escuelas se contara todos los genios homosexuales que ha tenido España y las aportaciones que han hecho”.