Un desplome en sintonía con el resto de las capitales andaluzas
Si hay que buscar en las hemerotecas cuál fue el comportamiento ejemplar del Partido Popular en unas elecciones municipales, hay que remontarse a varias citas. En 1995, Alfonso Sánchez Herrera, entonces candidato a la Alcaldía, consiguió el mayor respaldo de la historia del partido en la capital, en términos porcentuales —52,66%—, que se tradujo en 15 concejales y 30.938 votos. Es más, ese año, Jaén consiguió la mayor tasa de votaciones de las ocho capitales andaluzas. Sin embargo, si se tiene en cuenta el número de papeletas, es decir, los sufragios en sí, fue José Enrique Fernández de Moya el más respaldado, en 2011, con 32.224 votos y 16 concejalías que han gobernado la ciudad durante el mandato.
La comparativa que se puede ver en el cuadro, realizada en términos porcentuales, deja claro cuál ha sido el comportamiento del electorado en los comicios recién celebrados, muy en sintonía con el resto de las siete capitales andaluzas. El equipo del actual alcalde en funciones tiene el honor de haberse convertido en el segundo más votado de toda Andalucía —38,38%—, después de Almería —40,36%—. Lo mismo ocurrió en las municipales de 1983 y, más tarde, en las de 1991.
Los últimos resultados de los populares en la ciudad se asemejan, en este sentido, a los obtenidos en 1983 —38,04%—, cuando se presentó como candidato a la Alcaldía Felipe Oya Rodríguez. Entonces existía la ya extinta Alianza Popular y fueron diez los escaños que consiguió su candidatura en el Ayuntamiento de Jaén, frente a los 14 del que fuera alcalde socialista, Emilio Arroyo López.
En las celebradas el domingo pasado, la ciudad mantuvo la tendencia del resto de capitales andaluzas, es decir, una espectacular caída traducida en forma de castigo generalizado del electorado hacia el Partido Popular. El resultado: pérdida de la histórica mayoría absoluta de hace cuatro años, cuatro concejales menos y un escenario totalmente diferente con la llegada de dos fuerzas políticas emergentes.