Le piden tres años de cárcel por difundir mensajes íntimos

Una jiennense tendrá que sentarse, el próximo lunes, en el banquillo de los acusados del Penal 3 para responder de un delito de revelación de secreto. Y no se trata de una cuestión baladí, porque se juega, nada más y nada menos, que un castigo de tres años de cárcel. Presuntamente, la procesada desveló conversaciones íntimas que habían mantenido a través de mensajes telefónicos su entonces marido —con el que ya estaba en trámites de divorcio— y otra mujer que era su vecina y con la que, al parecer, el hombre había mantenido una relación. El escrito de acusación provisional de la Fiscalía recoge tres “sms” intercambiados entre ambos entre el 27 de agosto y el 24 de septiembre de 2011.

25 abr 2015 / 09:20 H.


El Ministerio Público explica que la acusada, M. M. N. G., cogió el teléfono móvil de quien era su esposo “en una fecha indeterminada del año 2012”. Una vez que tuvo el terminal, obtuvo, al menos, los tres mensajes ya citados. “Sin contar con el consentimiento de ninguno de los intervinientes, no solo accedió a esa información de naturaleza privada, sino que además se la envió a terceras personas”, describe el fiscal. En principio, remitió esas conversaciones al que había sido el marido de la mujer que las escribió. Fue este último quien avisó de lo ocurrido a la que fue su esposa, que interpuso la correspondiente denuncia para esclarecer lo ocurrido. La investigación policial y judicial puso al descubierto que, presuntamente, quien descubrió esos mensajes íntimos había sido M. M. N. G., para la que la Fiscalía reclama tres años de cárcel, una multa de 3.000 euros y una indemnización para la denunciante de 700 euros por los daños morales ocasionados.
La supuesta víctima es mucho más severa en sus calificaciones provisionales, ya que reclama hasta doce años de cárcel por tres delitos. La acusada, sin embargo, niega todos los cargos. Admite que encontró por azar los mensajes en un móvil que su entonces marido había dejado de utilizar y que estaba guardado en un cajón. Añade que, al descubrir esas conversaciones, se las envió únicamente a su esposo para demostrarle, de este modo, que le estaba siendo infiel con su vecina y denunciante de los hechos. Según su versión, fue el esposo de M. M. N. G. el que mandó esos mensajes al exmarido de la emisora de los mensajes. Por ello, la acusada niega que hubiera cometido infracción penal alguna, pues no reveló ni desveló secreto, ni tampoco hizo públicos los contenidos de los mensajes.