La Universidad se opone a que se vendan vírgenes extra sin catar

La Universidad de Jaén se opone a la propuesta que trata de consensuar el sector para que se puedan vender aceites vírgenes y extras sin necesidad de pasar por el panel de cata.

13 mar 2015 / 10:37 H.

De ahí que la comunidad científica jiennense se posiciona enfrente de Cooperativas Agroalimentarias, de la Federación Española de Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva) —esta siempre se ha mostrado menos conforme—, de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) y de la Asociación de Empresas Exportadoras de Aceite de Oliva (Asoliva), que tratan de consensuar un documento para elevarlo al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y al Consejo Oleícola Internacional (COI) —tal y como adelantó Diario JAÉN— que eliminaría el test de los catadores para algunos aceites de alta calidad, como es el caso de los extras que tengan menos de 0,3 grados de acidez y para los vírgenes que no superen los 0,5. Sin embargo, el rector de la Universidad de Jaén —cuna de la investigación en el aceite de oliva—, Manuel Parras Rosa, lo tiene muy claro: “Nuestra Universidad no está conforme con la nueva propuesta de catalogación de los aceites que escuchamos y sabemos que se negocia”.
“La comunidad científica se caracteriza por la investigación. Por eso, decimos que no existen evidencias científicas que determinen que un aceite de oliva con menos de 0,3 grados de acidez sea extra. También puede ser lampante. Apostamos por avanzar para intentar lograr métodos para evaluar la calidad más avanzados y, hasta objetivos, pero estoy convencido de que se tiene que mantener el panel test”, afirma Manuel Parras. Asimismo, concluye: “No me imagino que los certámenes internacionales de calidad prescindieran de los catadores. ¿Se imaginan que el Premio Mario Solinas, del Consejo Oleícola Internacional (COI), se basara solo en el análisis químico? No sería lógico”. Mientras tanto, parte del sector siempre se ha mostrado muy crítico con la “subjetividad” de la cata. Considera que un aceite puede ser extra para un panel y para otro no. Sin embargo, el borrador que hay encima de la mesa está lejos de lograr el consenso. Las denominaciones de origen también se han opuesto, al igual que la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), que considera la propuesta un retroceso dentro del trabajo para favorecer la calidad del producto.
También hay almazareros de la provincia que no ven con buenos ojos esta iniciativa, ya que consideran que se podrían generar dos tipos de vírgenes y de extras —los que necesitan cata porque tienen una acidez más baja y los que no—, lo que acarrearía un perjuicio para los productores a la hora de colocarlos en el mercado. En cambio, en el otro lado están los vendedores, que consideran que envasan vírgenes y extras y que pueden ser juzgados con subjetividad o no conservados de manera correcta, lo que, al final, se puede traducir en sanciones o en desprestigio para su marca y para el buen nombre del aceite en general. De ahí que la propuesta alude a que los caldos con baja acidez —se incrementan los parámetros de exigencia en el análisis químico— no necesiten la cata y cuenten con un periodo de 12 meses sin necesidad de someterse a algún otro examen.