Los aceiteros buscan un virgen extra sin catadores

Un aceite de oliva tan bueno que no le haga falta pasar por el panel de cata. Los aceiteros están convencidos de que se puede conseguir, lo que serviría para eliminar a los catadores para algunos vírgenes extra o, lo que es lo mismo, esa subjetividad de la que acusan a estos profesionales que, según remarcan, puede hacer que un caldo sea de la máxima calidad en un laboratorio, mientras que otro dice lo contrario.

20 feb 2015 / 11:01 H.

Representantes de Cooperativas Agroalimentarias, Federación Española de Fabricantes de Aceites de Oliva (Infaoliva), Asociación Española de Envasadores de Aceite de Oliva (Anierac) y Asociación de Exportadores y Marcas Españolas de Aceite de Oliva (Asoliva) han mantenido un nuevo encuentro en Madrid. No llegaban muy cohesionados, ya que Infaoliva se mostraba bastante distante respecto al documento inicial que se presentó para intentar sacar hacia adelante la iniciativa. Mientras, Cooperativas Agroalimentarias ya lo había llevado a sus órganos de gobierno y de participación, en los que se han realizado algunas otras aportaciones.
De ahí que la cita sirvió para “apuntalar” puntos de encuentro y, a partir de ahí, elaborar un nuevo documento que trate de acercar las posturas. Las empresas quieren seguridad jurídica cuando envasan sus aceites, ya que consideran que ahora no la tienen. Por eso, exigen a sus asociaciones que tomen “cartas en el asunto” y que acuerden una propuesta consensuada que elevar al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y, también, al Consejo Oleícola Internacional, que son los que han de fijar las normas dentro del país —el primero— y en el comercio mundial —el segundo—. La argumentación se basa en que el prestigio del aceite de oliva está en juego. Personas que acudieron a la reunión señalan que las empresas envasan un aceite virgen extra, pero luego se encuentran que en los puntos de venta puede que no se conserve de la manera idónea o que se someta a una inspección en otro panel de cata y determine que no es caldo de la máxima calidad, pese a que otro dice lo contrario, lo que acarrearía sanciones. De ahí que buscan unión para exigir unos requisitos mínimos.
Precisamente, el punto de partida que se desea es cerrar un acuerdo que elevar al Gobierno de España de un aceite de oliva virgen extra que no necesite pasar por el panel de cata. El documento inicial —esta filosofía se quiere conservar— indica que la normativa dice que un extra puede contar hasta con 0,8 grados de acidez. En cambio, los aceiteros que trabajan en este asunto quieren elevar el listón hasta los 0,3 grados para que los caldos con acidez inferior se consideren virgen extra siempre. De esta manera, conseguirían un certificado de un laboratorio que garantizaría durante 12 o 18 meses —esto aún está por definir— que son de la máxima calidad. Lo mismo ocurriría con los vírgenes, que ahora pueden tener una acidez de hasta 2 grados. Para eludir la cata, pasarían a 0,5 dentro de una autoexigencia que se impone el sector para evitar sobresaltos.

Se busca apoyo en los agricultores

Otro de los pasos será buscar el apoyo de las organizaciones agrarias. Por eso, una vez que se tenga redactado el documento que logre en consenso, comenzará una ronda de contactos con los representantes de los agricultores. No obstante, los promotores de esta iniciativa saben que se encontrarán con un “hueso duro” que “roer”, que estará en las denominaciones de origen protegidas. Precisamente, el gerente de la de Sierra Mágina, Manuel Jesús Sutil, ya expresaba su opinión ante esta nueva propuesta: “Hace unos años, ya intentaron cargarse el panel de cata y no lo consiguieron. Por eso, ahora lo vuelven a intentar. Hay muchos aceites por debajo de 0,3 grados de acidez que tienen defectos y no pasarían la prueba”. Además, reducir la acidez hasta los 0,3 grados para los extras y a los 0,5 en el caso de los vírgenes hará que la exigencia en favor de la calidad sea mucho más elevada en el campo. La norma establece que hasta 0,8 grados de acidez pueda ser extra y hasta 2 grados en el caso de los vírgenes, pero tendrían que pasar por el panel. De ahí que algunos creen que las grandes empresas, que son las que compran el producto, no se arriesgarán y buscarán siempre extras y vírgenes de baja acidez que no requieran a los catadores, lo que haría que, prácticamente, no se vieran extras con más de 0,3 grados y vírgenes que estén por encima de 0,5 ya que se considerarían productos arriesgados porque dependerían de la “subjetividad” de los catadores, algo que se intentaría, poco a poco, eliminar.