“Tuvimos encontronazos, pero jamás le pegué o la encerré”

Dice la Fiscalía que Patricia, una mujer brasileña, vivió un calvario durante los tres años que mantuvo una relación sentimental con Antonio M. M., un vecino de Torredelcampo. Presuntamente, sufrió amenazas, insultos, vejaciones, golpes y humillaciones de todo tipo. El Ministerio Público relata que le retiró el pasaporte, que no le permitía hablar con su familia y que, incluso, llegó a no dejarla salir de la casa en más de una ocasión.

29 ene 2015 / 10:51 H.

“Todo es mentira. Jamás le pegué o la encerré”, dijo Antonio. “Mientras estuvimos juntos, ella tenía de todo”, añadió. Justo en ese momento, rompió a llorar. No fue la única vez que el acusado sollozó durante la hora en la que fue interrogado por la fiscal Gracia Rodríguez Velasco.
Una declaración en la que reconoció que tuvo muchos “encontronazos” con Patricia, la que fue su pareja durante tres años y con la que tiene una hija en común. Es más, Antonio se presentó ante el tribunal de la Sección Tercera como una víctima: “Ella era la que me pegó golpes en la cabeza en más de una ocasión y la que, estando embarazada, pasó una noche en el calabozo porque la denuncié por romper los muebles de la casa”, recordó el procesado, casi en un llanto continuo. “Jamás me lo perdonó”, remarcó para tratar de justificar la denuncia que Patricia presentó contra él.
Antonio pareció sincerarse con los magistrados: “Ella siempre fue muy fría conmigo. No me demostraba amor. No recuerdo un abrazo suyo. Nunca me dijo que me quería”, concluyó.
La supuesta víctima ofreció una versión totalmente distinta. A través de videoconferencia y acompañada por una intérprete, Patricia relató el calvario que vivió. De hecho, dijo que a los cuatro días de llegar a España —en enero de 2010— ya quería volverse a Brasil. “No me trataba del mismo modo que cuando nos conocimos por internet”, dijo. “Era muy violento en cuanto que le llevaba la contraria”, agregó. Con su declaración, confirmó punto por punto el escrito de acusación del fiscal. Así, enumeró agresiones físicas, insultos, amenazas, vejaciones y humillaciones. “Me pegó, incluso, cuando estaba embarazada”, aclaró. También relató que llegó a encerrarla cuando no se comportaba como él quería: “Llegué a pensar que yo tenía la culpa de todo y que merecía que me golpeara”, terminó.
La Fiscalía reclama 7 años de cárcel —inicialmente, solicitaba 10— por delitos de malos tratos habituales, detención ilegal y amenazas. La defensa, por su parte, solicitó la libre absolución. No obstante, y solo en el caso de ser condenado, pidió al tribunal que aplique la atenuante de drogadicción. El juicio quedó visto para sentencia.