El presunto pederasta se entrega hoy a la Policía

Antonio B. G., el presunto pederasta descubierto gracias a las cintas que un vecino le robó de su casa, se tendría que haber sentado ayer en el banquillo de los acusados. Sin embargo, no se presentó a su cita con la Justicia. La juez Inmaculada Leyva López dictó de forma inmediata una orden de detención.

21 nov 2014 / 09:37 H.

Sin embargo, la Policía no tendrá que buscarlo mucho. Su abogado, Manuel Ozáez, confirma que el acusado tiene previsto acudir hoy a la Comisaría de la ciudad en la que actualmente reside —está fuera de la provincia— con la intención de entregarse. Es lo que el propio Antonio B. G. comunicó a su letrado en una conversación telefónica que mantuvieron por la tarde y en la que, además, le desveló los motivos de la incomparecencia al juicio: “Me ha dicho que ha sufrido una caída, por la que tuvo que acudir al hospital. También me asegura que tiene los partes médicos que así lo acreditan”, destaca Manuel Ozáez.

Por la mañana, el abogado defensor no fue capaz de dar las causas exactas por las que su cliente no se había presentado en el Juzgado: “Me ha dado unas razones muy vagas y no puedo asegurar si son creíbles o no”, aclaró a las puertas del Juzgado de lo Penal número 3, donde tendría que haberse celebrado el juicio. “Personalmente, creo que no ha venido porque tiene pánico a venir a Jaén, porque le quemaron su casa y le agredieron”, añadió su abogado.

Si finalmente se presenta en la Comisaría, Antonio B. G. será puesto a disposición del Juzgado para dar las explicaciones pertinentes. Y, a partir de ahí, volverá a ponerse en marcha todo el proceso para que se siente en el banquillo. Algo, lógicamente, para lo que todavía no hay fecha. Habrá que volver a citar a todos los testigos, policías y peritos que ayer sí que acudieron a la sede judicial.

Las cintas robadas. Hay que recordar que este caso se destapó a mediados de diciembre, cuando la Policía recibió varias cintas de contenido pedófilo que fueron enviadas de forma anónima. Las grabaciones fueron robadas el 9 de diciembre por un vecino del acusado, conocido como el “buen ladrón” por su gesto de hacer llegar las grabaciones a la Comisaría. Y es que esas cintas permitieron a los investigadores detener a Antonio B. G. e identificar a cuatro de los menores con los que mantuvo sexo. La investigación posterior desveló que tres de esos casos estaban ya prescritos.

El presunto pederasta estuvo en prisión preventiva algo más de un mes. Sin embargo, cuando la Policía logró detener a la persona que robó el material pornográfico, el juez no tuvo más remedio que poner en libertad a Antonio B. G., pues esas pruebas fueron declaradas nulas al ser obtenidas de forma ilícita. Por lo tanto, no pueden utilizarse en el juicio.

Tras su excarcelación, producida el 20 de enero, el acusado se vio obligado a marcharse de casa. Tuvo que huir protegido por la Policía para evitar ser linchado por sus vecinos. Se cobijó en la propia Comisaría y, después, en una pensión de la capital. Posteriormente, puso tierra de por medio y se refugió en otra provincia, donde actualmente reside para alejarse del ambiente hostil de sus vecinos. De hecho, su casa llegó, incluso, a ser quemada.

Durante todos estos meses, Antonio B. G. se presentó a todas sus citas judiciales. De hecho, esa era una de las bazas de su defensa para intentar alcanzar un acuerdo de conformidad que, según explicó el propio abogado, “estaba muy cercano”. “Se ha hablado de eso, lo que conllevaría el reconocimiento de alguno de los hechos”, precisó el letrado. Antonio B. G. se enfrenta a una petición de hasta seis años de cárcel por delitos continuados de abusos sexuales, exhibicionismo y provocación sexual. Es lo que solicita la víctima, que ejerce la acusación particular y que también reclama una indemnización de 20.000 euros. La Fiscalía también acusa al presunto pederasta de los mismos delitos, aunque su petición de condena es de cuatro años y medio y una compensación económica de 5.000 euros.