Mayores se manifiestan contra la gestión privada del centro de Santa Isabel

Quieren su centro de día pero no a cualquier precio. Después de tres años, la infraestructura, casi terminada, continúa cerrada como si de una pesada broma se trata. El centro para mayores, sin estrenar pero deteriorado por el tiempo del desuso, fue el punto de encuentro de un numeroso grupo de vecinos de los barrios de Santa Isabel, Peñamefécit y Gran Eje.

23 jul 2014 / 22:00 H.

 

Están cansados de esperar a que se abra pero tampoco quieren que se haga de cualquier manera. Por eso secundaron la propuesta de las asociaciones que los representan, junto con la federación OCO, para expresar su posición de rechazo a  que el Ayuntamiento deposite la gestión que le corresponde a otra institución, y se reste el uso para el que nació la construcción: el de los mayores de la zona. Un colectivo que cada vez es mayor en estos barrios de la capital. “Se trata de una población de 500 vecinos los que podrían beneficiarse del centro, porque se produce un fenómeno de envejecimiento”, justifica la presidenta de OCO, María Cantos. Con sus pancartas en las que dejaron clara su reivindicaciones  —“No a la privatización y apertura ¡ya!”— los convocantes dejaron claro que siguen adelante con su calendario de movilizaciones. “La primera acción fue comunicarlo a los medios, ahora estamos a las puertas del centro, y el próximo pleno iremos a realizar una pregunta”, indicó Cantos, quien añadió su intención de contar con la asistencia de los principales perjudicados: los mayores.

El detonante de las reivindicaciones está en el momento que las   asociaciones vecinales descubrieron el “movimiento de fichas” del Ayuntamiento con la Agrupación de Cofradías. “Lo hicieron a nuestras espaldas, sin consultarnos nada”, critica el presidente de “Sagrado Corazón”, Francisco Gómez. Además, siempre rechazaron la manera en la que lo gestionó la concejal de Asuntos Sociales, Reyes Chamorro: “Lo que no vamos a consentir es que una entidad privada se haga con la gestión de una infraestructura que es municipal y que no deje el cien por cien de su uso para los mayores”, remarca María Cantos, quien matiza: “Otra cosa es que, solidariamente, una institución quiera aportar su dinero sin intervenir en la gestión ni en el uso, cuyo ejemplo está en el centro de Millán de Priego”.

La representante de OCO insiste en la falta de diálogo del Ayuntamiento. Comportamiento que desató el malestar de los residentes.  “En los tres años del cierre del centro, nunca se exigió su apertura, pues los vecinos entienden la situación económica de las arcas municipales. Pero, a la vista de los pasos que dio, sin contar con las asociaciones, la gente quiere dejar constancia de su malestar, por lo que exigirán la apertura, y no a cualquier precio”, remacha Cantos.