Licenciados sin trabajo vuelven al instituto para buscar su futuro


Vuelven al instituto y no porque decidiesen “colgar los libros” antes de hora. Tampoco regresan para resolver cuentas en sus expedientes. Lo hacen por una razón: aprender algo nuevo que les ayude a venderse mejor en el mercado. Para buscarse su vida, su futuro. Aumenta el número de jiennenses diplomados y licenciados que apuestan por la Formación Profesional (FP) para esquivar el desempleo. El fenómeno —en buena parte un efecto más de la crisis— se condensa en un verbo común en el campo ecológico: reciclarse. Más de 120.000 andaluces abogaron por la FP en 2013. El aumento con relación a 2009 —con 100.873— es significativo: casi 20.000 más.
Ana Pérez de Tudela, profesora del IESLas Fuentezuelas de la capital, sabe, desde hace tiempo, del “retorno” de estudiantes que tienen una carrera bajo el brazo a su centro. Los últimos 2 cursos, el número de matriculados en la FPsuperó los 700 (750 en 2012/13; 790 en 2013/14). “Es gente que quiere aumentar su currículo para acumular méritos ya no solo con la titulación universitaria, sino también con módulos. Su idea es aspirar a más opciones y ampliar sus perspectivas”, explica. La docente asegura que la demanda para cursar ciclos —de Grado Medio y Superior— “ha aumentado notablemente” en los últimos ejercicios.
La oferta en Las Fuentezuelas es bastante amplia: informática, administración, electricidad, electromecánica y actividades físicas, entre otros ámbitos. “Unos de los más solicitados son los vinculados con la administración y la informática”, especifica. ¿Qué busca el postuniversitario en una clase de Formación Profesional? Principalmente, contacto directo con la labor que estudia. “La enseñanza en los módulos es muy práctica”, esgrime Pérez de Tudela, quien considera que la conexión entre las aulas de la FP y el mundo de la empresa es más productiva que en el caso de las universidades. “En el año 2008, los alumnos que formábamos en los ciclos lograban un puesto de trabajo en las firmas donde hacían prácticas”, recuerda. La docente subraya que una de las razones de ese buen diálogo entre la empresa y la FP es la calidad existente en los grados superiores.
Inés Delgado Martínez, profesora en la SAFAde Alcalá la Real, es tutora del ciclo formativo de Grado Medio en Técnicos Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) desde 2008. Hay variedad de perfiles: alumnos con 16 o 17 años que proceden de Diversificación Curricular, el denominado “grupo de las mamás” —personas con cargas familiares— y titulados en otros ciclos de Grado Medio que buscan uno nuevo. “También he tenido universitarios en mis clases”, asegura Delgado.
nichos de mercado. Auxiliar de Enfermería es muy demandado. El curso de Delgado siempre ha contado con un buen número de estudiantes. “Tiene más salida que otros, por el asunto de la ayuda a domicilio. Mi alumnado también se nutre del voluntariado social, que abre muchas puertas”, agrega. Delgado, que es enfermera, insiste en sus clases en una idea fundamental para consolidarse en una empresa: profesionalidad. “Los empresarios demandan trabajadores muy cualificados. Deben tener vocación y carisma. Me gusta traer a trabajadores del mundo sanitario para que den su visión laboral a los alumnos”, apunta.
La clave para abrirse un hueco es, según Delgado, tener un “perfil propio”. “Hay que incorporar otros conocimientos a tu trabajo. Mis recomendaciones son ser muy bueno y estudiar muchísimo”, remarca. Cada vez más licenciados y diplomados prueban fortuna mediante la “vía FP”, un camino alternativo cuando la carrera no basta para lograr empleo.

    01 jun 2014 / 22:00 H.