Roedores en las terrazas

La primavera ha traído a la ciudad miles de flores, días más largos y calurosos y muchas ganas de salir a la calle. Pero, también, invitadas indeseables, en especial para los vecinos de la Plaza de las Pastiras y los clientes que disfrutan, estas jornadas, de las terrazas que allí se instalan. La situación la conoce mejor que nadie —y la sufre— Ana Catena, que dirige uno de los bares de esa zona. “Cerca de la puerta de mi negocio hay un transformador de luz de Endesa, con unas rejillas que es por donde salen las ratas”, expone. “Son pequeñas casi todas, porque parece que están criando, y no muestran ningún miedo. Se meten debajo de las mesas donde está cenando la gente y corretean por la plaza”, describe la hostelera.

17 may 2014 / 22:00 H.


Los roedores, manifiesta la mujer, aparecen tanto de día como de noche. “El martes a mediodía había una pareja en la terraza y les pasó una rata entre las piernas”, denuncia Catena, que ese mismo día, desesperada, llamó a la empresa responsable del transformador. “Me dijeron que es una incidencia pero que no es grave”, cuenta. También se ha puesto en contacto “con Sanidad y con FCC”, asegura la empresaria, sin obtener una solución, ni siquiera la promesa de una pronta intervención. “El presidente de la comunidad de vecinos del bloque llamó y dio parte al Ayuntamiento”, relata Catena. “Están todos avisados, pero aquí no viene nadie”, lamenta la hostelera, que remarca que la presencia de los roedores no es solo una pésima imagen para el barrio y para sus negocios sino, también, un problema de “salud pública”. “Hay niños jugando e infinidad de gente que pasa por aquí”, asevera Catena, que ha llegado a grabar en vídeo las incursiones de los molestos animales. “El del negocio de al lado me ha dicho que había matado ya a dos o tres ratas”, agrega la empresaria.
Catena reconoce que el problema no es nuevo y que, desde hace años, ponen una chapa contra la puerta para evitar que se cuelen roedores en el local cuando está cerrado. Aunque esta es la primera vez que las ratas salen de día.
residentes. El transformador está al lado de un residencial de Las Protegidas. Una de sus inquilinas, Águeda Jiménez, tuvo un desagradable encuentro hace un par de jornadas. “Al asomarme a la ventana vi, justo debajo, una rata grandísima, muerta. Algún gato la habría matado, pero era inmensa, como un demonio”, describe la vecina, que, no obstante, remarca que, en su comunidad, una persona se encarga, periódicamente, de poner veneno para evitar plagas. “Lo que pasa es que, ahora, salen del transformador, que es como su nido, y que da directamente a la plazoleta”, explica la residente. “Pero tenemos pánico a que una se nos cuele dentro del piso”, añade Jiménez.