"Tenemos que ganarnos la confianza del afiliado y del ciudadano"

Irradia energía, tiene alma de luchadora y una fuerza arrolladora para "insuflar" el cambio tan necesario en un escenario complicado. Vive su momento. Carmen Castilla Álvarez cumple dos meses y medio como secretaria de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Andalucía. Su impronta empieza a brillar en una organización en la que ya se habla de transparencia, democratización y apertura a la sociedad.

-¿Qué supone para una mujer estar al frente de la UGT?

-Un reto, no porque sea mujer, sino por el momento en el que nos encontramos. Precisamente por mi condición de género, que es la primera vez que hay una mujer en la UGT de Andalucía como secretaria general, es un reto. Ahora toca recuperar la credibilidad para defender los derechos de los trabajadores.

23 mar 2014 / 23:00 H.

 

 -¿Por qué abandonó su vida profesional en el momento más difícil para el sindicato?

 -Yo soy una persona con una tendencia idealista, es decir, tengo ideales político-sociales de izquierda y siempre me ha interesado mucho estar al lado de los más débiles. Yo vengo de una familia humilde y desde pequeña me han inculcado que teníamos que ayudar en todo lo que pudiéramos. Es cierto que estaba en un momento profesional de éxito en la gestión sanitaria, en dos hospitales de Sevilla que suman catorce mil profesionales, pero en el momento en el que mi sindicato me dio la oportunidad de liderar el cambio no me lo pensé.

 -¿Por qué?

-Quizá porque con la aportación de los nueve que estamos en la ejecutiva regional podemos hacer gestos para ayudar a que este sindicato, que tiene 125 de historia, no se quede aquí. Y no se va a quedar aquí. Ya lo digo desde Jaén. Tenemos mucho recorrido.

-¿Cree en la Justicia?

-Yo creo mucho en la Justicia y sé que se hará justicia.

-¿Y si la Justicia dice que hay irregularidades en la UGT?

 -Si alguien ha cometido una irregularidad tendrá que responder en el mundo jurídico, y nosotros dentro del sindicato.

 -¿No pone la mano en el fuego?

-No puedo ponerla, yo vengo de fuera. El error que cometemos es hablar sin tener conocimiento. Si yo, que vengo de la gestión sanitaria, empiezo a evaluar situaciones de gestión del sindicato en las que yo no fui partícipe no me parece legítimo ni honesto, y no voy a caer en ese error.

 -¿Cómo encontró el ambiente cuando llegó al sindicato?

 -Muy triste.

 -¿Ha conseguido cambiarlo?

 -Radicalmente. Ahora los compañeros sonríen y ven que hacemos las cosas con transparencia. De hecho, aunque será obligatorio a partir de 2015 publicar las cuentas, nosotros nos vamos a adelantar. Es lo más importante para ganar la confianza de los afiliados y de la ciudadanía.

 -¿Cuál será su impronta?

-Me encantaría que, cuando pasen los dos próximos años, el sindicato fuera más participativo, comunicativo y democrático. Tenemos las herramientas para que, cuando nos vayamos, no tengamos la sensación de que es una maquinaria pesada, sino una organización fluida y moderna.

 -¿Qué le trasladan los representantes de la UGT en Jaén?

 -Me trasladan los problemas de los trabajadores de la provincia. No podemos olvidar la sangría del desempleo y la temporalidad sujeta a la campaña del olivar. La estabilidad en el trabajo es lo que da riqueza a la ciudadanía, por lo que deberíamos generar más actividad y más ayudas a las pequeñas y medianas empresas. Necesitamos inversión pública. Creo que la Administración tiene que intervenir. También me han trasladado la preocupación por las autovías que se ralentizan en el tiempo. Hay iniciativas de la Junta en las que nosotros nos hemos puesto a su lado, como la mesa de construcción sostenible, para intentar quitar la demonización de este sector, porque si alguien dice que los trabajadores son los responsables de la especulación y la burbuja inmobiliaria es porque tiene poca idea de la macroeconomía. Entendemos, como le trasladé a la presidenta, que sí se tiene que hacer con rigor y vigilancia para evitar esos males, pero no podemos olvidar que, además de albañiles, también hay arquitectos o ingenieros. Creo que ahora hay una expectativa, y esto se puede trasladar a la provincia.

-¿Cómo tiene previsto solucionar la paralización de programas formativos, como Orienta, por falta de justificación?

-El Plan Orienta fue por concurrencia competitiva y nosotros fuimos los que mayor puntuación tuvimos y más dotación económica. Está paralizado porque la Junta tiene que validar toda la documentación del proyecto de 2011, pero de todos los sindicatos. Hasta que esto no ocurra no se puede hacer la orden de pago. Nosotros no podemos empezar un programa si no nos pagan, es obvio, pero ni nosotros ni muchas organizaciones. Tengo la esperanza de que se solucionará en breve.

-¿Cree que los sindicatos conectan con la gente?

-Hay que dar una vuelta de tuerca. Por eso la impronta que yo quiero dar de democratización y comunicación pasa porque hay lagunas. Ahora, en breve, tendremos una asamblea con los jóvenes. Es importante que los jóvenes, que sufren el 60% de paro y hay muchos que se van al extranjero y no regresan, participen en el sindicato. Tenemos herramientas, utilizamos mucho las redes sociales y recomiendo que se visite nuestra página web. Necesitamos acercar el sindicato a los afiliados y a la ciudadanía. Sé que es complicado, pero tenemos que conseguirlo. Hay que recordar el trabajo realizado por los sindicatos de clase en los últimos 125 años en los grandes convenios colectivos. Somos la última barrera que tienen los trabajadores.

 -¿Cómo tiene previsto devolver a los trabajadores los derechos perdidos por culpa de la crisis?

-Es importante y hay que hacer una reflexión: los derechos que se han perdido ha sido por culpa de una reforma laboral con la que el Gobierno tenía como objetivo generar empleo, y a la vista está que las tasas de desempleo siguen aumentando y el trabajo que se genera no es de calidad. Cada vez que nos dan la Encuesta de Población Activa tenemos un pellizco en el cuerpo. Nosotros somos los primeros interesados en que se genere empleo. Tenemos un plan de propuestas mediante el que pedimos inversión pública para incrementar las partidas presupuestarias en programas de trabajo. La reforma laboral no se ha pactado con los sindicatos, y eso fue tremendo. Se han perdido, en dos años, derechos que costó mucho conseguirlos.

-¿Y qué prevén hacer?

-Movilizarnos. Estoy convencida de que vamos a salir de la crisis con políticas encaminadas a la clase trabajadora y no en contra, porque son las que motivan el consumo y mueven la economía.

-¿Por dónde pasan el futuro y la supervivencia sindical?

 -Tenemos claro que nuestra supervivencia pasa por las cuotas de los afiliados, eso es así.

 -Cada vez hay menos, ¿no?

 -No. La desafiliación es por culpa del paro. Estamos hablando de que 700.000 personas tienen a todos los miembros de su familia parados, por lo que no puedes exigirle que paguen una cuota sindical. Además, en nuestro país existe militancia, pero es más de afiliación, es decir, yo tengo un problema laboral y me afilio al sindicato que me lo resuelva.

 -¿Ve a algún sindicato como una amenaza?

 -No, para nada.

-Pero algunos crecen.

-Sí, efectivamente, pero nosotros somos la fuerza sindical con mayor representación y tenemos mucha implantación. Además, estamos en un momento de alta motivación, que es justo cuando más dificultad hay.

-¿Cómo se ve Jaén desde la Andalucía occidental?

-Magnífico. Tengo debilidad con Jaén. Creo que tiene un gran potencial, que son los propios ciudadanos, a los que considero de una nobleza innata. Ahora bien, nos preocupan mucho las altas cifras de paro, esta tierra no se merece ese castigo.