Caos en las sierras por las lluvias torrenciales

 

Llega un momento en que los ríos y los pantanos no pueden contener más agua y que las continuas precipitaciones causan destrozos y desprendimientos. Sobre todo si en dos jornadas caen hasta doscientos litros por metro cuadrado. Los vecinos de Mogón y los residentes y turistas de Coto Ríos sufrieron los desastres del temporal.
La pedanía de Coto Ríos, en el término de Santiago-Pontones, fue la más afectada por el temporal. Los más de doscientos litros caídos en día y medio, en el puente del 28-F, hicieron que el río Guadalquivir se desbordase y provocara numerosos daños. El alcalde, Pascual González, confirmó que el campo de fútbol de césped artificial, al lado del colegio, se cubrió totalmente, por lo que quedó prácticamente destrozado. Las imágenes eran tremendas. En los cámpines hubo inundaciones, la entrada parecía un río y hubo algún que otro desprendimiento. Pero el mayor problema lo tenían el centenar de vecinos y los cincuenta turistas que había en La loma Mariángela. “Han quedado totalmente incomunicados”, señaló el alcalde de Santiago-Pontones, que añadió: “El problema es que no tienen un camino alternativo, y hay dos mujeres embarazadas y algunos mayores. Si ocurre alguna emergencia, ¿cómo pueden salir de aquí?”. De este modo, volvió a reivindicar ayuda a las administraciones. “Los empresarios y los vecinos están muy enfadados. Hay que buscar alternativa. Es cierto que no podemos prevenir que en un fin de semana caigan doscientos litros, pero podemos minimizar los efectos”, expresó. De hecho, aseguró que el Ayuntamiento tuvo que asumir el coste de la limpieza del río y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir “tardó un año en dar la autorización”. “También se podían adecuar pistas forestales asfaltadas, para pasar en caso de emergencia”, recalcó.
PELIGRO. En Mogón, pedanía de Villacarrillo, regresó la pesadilla de las inundaciones. En esta ocasión, el río Aguascebas se desbordó hasta límites históricos y la vivienda del antiguo molino fue la más afectada. El agua entró a unos cuarenta centímetros de la casa. En la zona de las cocheras también hubo anegaciones. Por su parte, el Tranco dejó de desembalsar, lo que propició que no pasase igual en las barriadas de la Barca y el Barquero, y el nuevo dique de contención se “comportó” bien, lo que propició que el agua no lleguara a las casas. Eso sí, los vecinos aseguran que hay más peligro que antes. Uno de ellos, Fermín Martínez, de noventa años, aseguró que jamás vio el Aguascebas de tal manera saltar por encima de los puentes del Saladillo y el Jardín. Por su parte, Luis Santos, al que se le anegó la casa, comentó: “Esto nunca había pasado. Si el muro del charco del Aguascebas no hiciese de parapeto, el nivel no habría subido tanto y no habría entrado en mi casa”. Informa Fernando Cano. Y en Cazorla, la furia de la lluvia provocó que se cortaran caminos y carreteras por corrimientos de tierra, como el acceso al Castillo de la Yedra o el sendero de San Isicio, con entrada a la carretera de Quesada, como explicó la Policía Local. El agua del río Cerezuelo bajó con fuerza y también se produjo el desprendimiento de parte del tejado en una casa de la calle de la Hoz, además de derrumbes en la carretera que da comienzo al parque natural, pasado el municipio de La Iruela. Informa Elios Mendieta.
Esas lluvias torrenciales también estuvieron presentes en Pozo Alcón, en concreto en la presa de La Bolera. El agua saltó, se desbordó y entró a la sala de máquinas, lo que obligó a desplazarse a los Bomberos de Baza (Granada), que achicaron agua durante cinco horas. De hecho, ayer, según datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, esta presa desembalsó unos 360 metros cúbicos por segundo. Además hubo ríos muy crecidos, como el Guadalimar a su paso por Puente de Génave, y pantanos que superaron el 100% de su capacidad, como el Aguascebas, el Dañador y el Giribaile. Afortunadamente, aunque se espera lluvia para esta mañana, no tardará en llegar la calma.

03 mar 2014 / 11:51 H.