Italia pilla otro fraude con el aceite

Retira 2 millones de kilos de producto español y griego que se vendía como si fuera italiano

    09 feb 2016 / 09:31 H.

    Otra vez, el aceite de oliva está en los medios de comunicación de diversos países de la Unión Europea ligado a la palabra “fraude”. Italia retira 2 millones de kilos de producto del mercado porque tiene constancia de que se vendían como si se hubieran producido en sus campos, pero, en realidad, eran obra de olivareros españoles y griegos. No se trata de un fraude a la calidad, sino que se engaña a los consumidores con la información. Se les dice —en la etiqueta— que es 100% italiano, pero, en realidad, no lo es. Y eso que la normativa europea obliga, desde el 17 de enero de 2008, a especificar el país de la Unión o extracomunitario en el que se ha producido.

    La operación policial —denominada “Mamma mia”— estuvo dirigida por la Inspección Italiana de Represión al Fraude y por la Fiscalía de Trani. Precisamente, se ha abierto una investigación contra ocho personas procedentes de las regiones de Puglia y Calabria. Se les imputan delitos de fraude agroalimentario y de haber obtenido supuestamente más de 13 millones de euros de beneficios al comercializar con estos aceites.

    Las diligencias judiciales son las que tienen que determinar por qué se engañaba en la etiqueta con la zona en la que se había producido. No obstante, solo hay que mirar al indicador internacional de precios del aceite de oliva para percatarse de que un zumo elaborado en Italia se paga hasta 3 euros por encima —a granel— que otro que se ha hecho en Jaén o en Grecia. Y eso que no varía la calidad, aunque todavía a muchas empresas les sirve el aval de “hecho en Italia” para vender mejor, sobre todo, en las exportaciones a Estados Unidos. No hay que olvidar que el desarrollo del consumo del zumo de la aceituna allí ha estado muy marcado por el auge de la gastronomía italiana y, concretamente, de sus restaurantes, a los que se asocia el zumo de la aceituna.

    Diligencias. Según las primeras hipótesis, los investigados eran los encargados de elaborar la documentación falsa sobre la procedencia de los aceites para enviarlos a las fábricas, ajenas al supuesto entramado, como “hechos en Italia” y que pudieran, así, ser embotellados y comercializados. De esta manera, este “falso” aceite italiano llegaba incluso hasta comerciantes extranjeros y posteriormente se perdía el rastro de su origen.

    La Policía también requisó material informático que contenía facturas de ventas. La mayor asociación italiana de agricultores, Coldiretti, lamenta “el gran número de fraudes” con los aceites de oliva importados que son mezclado con frecuencia con los italianos para obtener una etiqueta que daña a productores italianos y a los propios consumidores.

    Investigación a diez marcas oleícolas
    idcon=12025278;order=6

    29 de diciembre de 2011. El Gobierno italiano abrió una investigación, que sirvió para investigar a una decena de marcas. Lo hizo después de que los agentes de Aduanas y la Guardia de Finanzas detectaran un fraude. Algunas empresas compraban aceite de oliva español —buena parte en la provincia— y lo vendían como si se hubiera elaborado en Italia.

    Revisiones a barcos italianos en China
    idcon=12025275;order=9

    13 de enero de 2012. Las autoridades chinas pusieron en marcha un plan de revisiones a los buques italianos que llevaban el aceite de oliva. Fue después de que los agentes tuvieran serias sospechas de la calidad del aceite que entraba. Pensaban que partidas que podían llegar con el sello “virgen extra”, en realidad, tuvieran menos nivel alimentario.