Hasta los ladrillos pueden ser ecológicos

El próximo paso de la investigación será hacer estos materiales a escala industrial

13 jul 2017 / 11:59 H.

Si alguien piensa que los productos ecológicos se limitan al mundo de la alimentación se llevará, probablemente, una sorpresa si continúa leyendo este artículo. En el universo de la moda, hace tiempo que se está confeccionando ropa con materiales ecológicos y, ahora, para un sector tan importante, desde el punto de vista económico y social, e igualmente castigado por la crisis económica y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la Universidad de Jaén (UJA) propone un producto tan insólito como innovador y sostenible: ladrillos fabricados, principalmente, a partir de cenizas de poda de olivo y de pino, que presentan una mayor porosidad y menor conductividad térmica, en comparación con los tradicionales de arcilla.

Enmarcada en el proyecto denominado “Valorización de distintos tipos de cenizas para la obtención de nuevos materiales cerámicos sostenibles”, que está financiado por el Plan Propio de la Universidad de Jaén (UJA) y cuenta con el patrocinio de Caja Rural, esta primera fase de una investigación que consta de tres etapas ha durado dos años y sus resultados acaban de publicarse en la revista “Applied Clay Science”.

Los investigadores han desarrollado pruebas piloto fabricando ladrillos a escala de laboratorio (menor que el habitual) y han utilizado por separado dos tipos de cenizas en su composición. Por un lado, han trabajado con cenizas de fondo, es decir, aquellas que tienen mayor tamaño de partícula que no son arrastradas por los gases que se generan durante la combustión y quedan en el fondo de la cámara de combustión, y, por otro lado, han analizado las cenizas volantes que, debido a su pequeño tamaño de partícula, son arrastradas por los gases de combustión y quedan retenidas en los sistemas de depuración. Durante la fase de experimentación, los investigadores sustituyeron, gradualmente, la arcilla que se utiliza en la composición de los tradicionales por cenizas de fondo o volantes, suministradas por una empresa de generación de energía renovable de Andújar. “La composición de estos residuos es similar a la materia prima cerámica. Por lo tanto, en algunos casos, hemos introducido un 10% de cenizas; en otros, un 20% y en otros hemos llegado a reemplazar hasta un 30% de arcilla”, explicó a la Fundación Descubre la investigadora de la UJA y responsable de este estudio, Dolores Eliche.

Para que cumplan la normativa vigente y puedan emplearse en la construcción, los investigadores han establecido que la cantidad recomendada de cenizas de fondo debe de ser del 20% y del 10% en el caso de las volantes.

Estos materiales ecológicos reúnen las condiciones para utilizarse como ladrillos cara vista y, en las siguientes fases de la investigación, se intentará construirlos a tamaño real para comprobar si mantienen las mismas propiedades a escala industrial. En declaraciones a este periódico, Eliche valoró la importancia de la investigación en nuevos materiales “más amigables con el medio ambiente” para la UJA y también para la construcción: “Supone que desarrolle productos más ecológicos y con certificado ambiental y es positivo para las empresas que generar las cenizas, para evitarles el problema de deposición. Es, por lo tanto, ahorro económico y beneficio ambiental”.