Esta “aceituna” sí que da brillo

No se han encontrado minas con oro. Tampoco ha salido petróleo de la zona de Segura, pese a que, de vez en cuando, existe un “run run” que apunta a que, si se toma en serio y con afán, podría haberlo. Sin embargo, los jiennenses tienen 9.382 millones de euros ahorrados en los bancos y en la cooperativa de crédito de esta tierra, lo que representan 956 más que hace tres años. Son la consecuencia de unos hechos y de una creencia. Por un lado, el caso real, que radica en que esta “aceituna” sí da brillo. Jaén tuvo una de las mayores cosechas de su historia, que no se vendió mal. El aceite no era caro, pero había mucho. Por eso, las cuentas corrientes subieron. El Banco de España señala que los ahorros crecieron de 8.949 a 9.392 millones en solo un año —de 2013 a 2014—. Luego, se topó con una de las más bajas, que salió a buen precio. No obstante, la caída de la producción generó una leve disminución del ahorro. De 9.392 se pasó a 9.382, lo que conllevó una pérdida de 10 millones.

Y por último Jaén afronta una cosecha media alta que, además, se vende a un precio alto, lo que constituye la mejor coyuntura económica para esta tierra —incluso más propicia que cuando existe mucho producto porque entonces está constatado que los precios bajan bastante, aunque esto depende de quién tenga el producto y cómo lo defienda, lo que puede favorecer situaciones particulares mejores o peores—. Ahora existen 9.382 millones, según el informe del Banco de España que indica el ahorro. Por un lado, está claro que estás cosechas de aceituna sí que “engordan” y dejan brillo entre la gente.

Además, parece evidente que el dinero no solo está en las cuentas de los agricultores, sino que se ha movido entre muchos hombres y mujeres de esta tierra. Sin embargo, el aumento del dinero en las cuentas corrientes se sustenta en un hecho —más cosecha y mejor vendida— y en una creencia, que se denominaría popularmente “mejor que la mosca esté dentro”, aunque técnicamente los economistas lo llaman “contención del gasto”. La contratación no remonta y los empleos que se consiguen en esta tierra son cortos y de mala calidad. El 99% tiene fecha de despido, mientras que agricultores y empresarios temen que tiempos pasados —bastante recientes— se reproduzcan. De ahí que el consumo o, lo que es lo mismo, el gasto se recorta. La gente prefiere ahorrar que gastar y eso se nota en las cuentas corrientes. Y esto está alentado por el miedo.

El Banco Central Europeo, con la bajada de tipos actual, ha hecho que las hipotecas hayan bajado considerablemente. Sin embargo, el interés resulta bajo para todos y, consecuentemente, también para el que tiene el dinero en el banco. Un jiennense que acuda a una entidad financiera y pregunte por el precio de los depósitos se dará cuenta pronto de que no le ofrecen más de un 0,10 o 0,20% por tener el dinero a plazo fijo.

De ahí que, pese a que las condiciones financieras no son propicias para incrementar el ahorro, los hombres y las mujeres de esta tierra prefieren tener el dinero en el banco a gastarlo. Así es la teoría de “la mosca mejor en la cartera”, ya que abrirla podría conllevar que se escape y, también, que se reduzca el ahorro. No es más que una consecuencia del miedo, pese a que hasta a las propias entidades de crédito les genera un problema este incremento del ahorro en la provincia. De hecho, ninguna realiza ofertas para atraer euros a sus oficinas.s