El yacimiento de Marroquíes Bajos ya es BIC

La zona arqueológica del yacimiento de Marroquíes Bajos fue inscrita como Bien de Interés Cultural en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Un hecho que, tras declararse como tal en 2003, finalmente se hace efectivo con su registro. Así lo confirmó la Consejería de Fomento en un escrito enviado al investigador Juan Manuel Molina, tras denunciar que después de 16 años en la zona todavía no se había ejecutado la declaración de BIC, lo cual afectaba al estado de Marroquíes Bajos. “Son 115 hectáreas que hay que conservar, cuidar y proteger, en vez de destrozarlo trocito a trocito, como están haciendo hasta ahora por todo el yacimiento”, denuncia Molina. Unos “deberes pendientes” por parte de la Junta de Andalucía que fueron cumplidos en el registro.

La primera pregunta que surge tras conocer la confirmación de Bien de Interés Cultural del lugar, es si afectará a las construcciones pendientes en el barrio del Bulevar o si ralentizaría los proyectos ya planteados en este punto de la ciudad. Tal como indican desde la Administración autonómica, la inscripción en el registro es “una mera formalidad” que “en ningún momento” pone en duda el proyecto de la Ciudad de la Justicia de Jaén. Así, según recuerdan, el yacimiento de Marroquíes Bajos está considerado como Bien de Interés Cultural (BIC) y su protección se extiende desde el propio inicio del expediente. La orden de 22 de octubre de 2003 instaba a la inscripción como BIC del yacimiento, algo que, al parecer, ninguno de los anteriores gobiernos hicieron.

Desde 2008 existe la obligación de inscribirlo por parte de las delegaciones territoriales, un hecho que no se realizó en la capital jiennense, por lo que se está implantando en estos momentos, tanto en este caso concreto como los demás que se encuentran desde la Junta. De esta forma, tranquilizan sobre el futuro de los planes proyectados.

Es más, la Ciudad de la Justicia de Jaén ya contemplaba la protección y la puesta en valor de BIC desde el principio y, por ello, cuenta con el “visto bueno” de la Consejería de Cultura y Patrimonio tras de realizar los estudios previos. De esta forma, hacen hincapié en que la inscripción es “una mera cuestión formal burocrática, ya que la protección se la da la declaración del BIC”.