El último “día del niño” de 2017 empieza la cuenta atrás para la Feria de San Lucas de 2018

Volvieron a verse muchos trajes de flamenca, y gran número de caballos paseó el real

23 oct 2017 / 10:10 H.

La Feria de San Lucas 2017 cerró el cortinón invisible de su pórtico y, tras nueve días de celebración, dijo “hasta el año que viene” con su idioma de fuego artificial. Jaén, que consagró esa novena a la fiesta, a la diversión, cargó de nuevo la cruz de la rutina y comenzó a contar el tiempo que le falta para volver a citarse ante el altar extremadamente pagano que es el recinto “Alfonso Sánchez Herrera”.

Cuando el trueno de la cohetería pobló el cielo jiennense, todos los oídos temieron el silencio de las tómbolas, la quietud de los “cacharricos”, la amplitud de las casetas... Un horizonte de bombonas vacías coronó el antiguo “Felipe Arche”, a los contenedores les creció el desuso y esa luz de sol nocturno que la ciudad se caló el primer sábado como una inmensa pamela amarilla, se quedó en casi nada.

Antes, un domingo espléndido puso en bandeja todo el menú sanluqueño para que los capitalinos y comprovincianos que apuraron hasta la última gota de diversión se llevaran el mejor sabor de boca. Fue una jornada de despedida para todas las edades, por mucho que los altavoces y los precios se empeñaran en bautizarla como “día del niño”, aunque, bien visto, bajar la cuestecilla donde huele a circo, cruzar el monumento efímero de las bombillas o hacerle un quiebro a la “carretera del colesterol” y convertirse en paisaje mismo de la feria es volver muchos años atrás —se tenga la edad que se tenga— y mirar de nuevo con ese poco de ojos que queda de la infancia en algún lado.

Así que, puestos a disputarle al reloj todas las horas posibles de jarana, escasas fueron las sillas que no soportaron peso, las atracciones que no tuvieron un buen día ni las escopetas sin corchos. Había que aprovechar cada minuto, y vaya si se aprovechó.

Otra vez las tabernas ambulantes, con su tapa de barquillo, pusieron en las gargantas el primer “gustirrinín”. Donde hace algunos años se pregonaban “chochonas” y “rupertas” se bajaron los precios, y la gente respondió; eso de apostar por lo desconocido, por menos práctico que sea el premio, no pierde atractivo. A los papás les costó menos trabajo que otros días acercarse a las taquillas de las atracciones, sin duda, y los peques, que se han aprendido el cuento, los dejaron sin argumentos para negarles otro y otro y otro viaje más.

El calor cumplió su pacto con los caseteros y empezó a enviarles comensales y gargantas secas a mansalva, que encontraron mesas dispuestas para saciarlos. ¡Qué frecuencia de platos con chorizo, paella, migas, pinchos morunos y jarras de cerveza, vino con gaseosa o refresquitos! Sí, el epílogo de San Lucas 2017 se dio bien bajo techo, si se tiene en cuenta la dificultad que entrañaba moverse de la silla, de gente que había. ¡A gloria olió entre tanta caseta de Pasión!

Había ganas, muchas ganas de despedir estos días por todo lo alto, y pocos trajes flamencos se quedaron en el armario. La “Simof” de aquí que es la pasarela del ferial brilló por la variedad y la vistosidad de los modelos, que arrastraron volantes por la arena—las más clásicas— o rozaron rodillas —el último grito—; los móviles no dieron abasto para retratarse junto a cualquiera de los caballistas que, en alto número, pasearon el real a lomos de sus jacas y la “nochevieja” sanluqueña recibió con los brazos abiertos a quienes había despedido hacía un rato, supervivientes de la madrugada del sábado al domingo.

Con alegría decadente y una nostalgia recién nacida, los incondicionales de San Lucas —el patrón festivo de aquí— comenzaron la cuenta atrás para la cita de 2018.

pintura y caricaturas en el casco antiguo
idcon=13000546;order=17

cultura. El casco antiguo fue el escenario cultural del día, con la exposición de las ya tradicionales Chilindrinas, que tiraron de humor e ironía para despertar la sonrisa de la gente y darle una vuelta a los asuntos de rabiosa actualidad, y con el certamen de pintura rápida Diego Figueroa Hortelano, que pobló de caballetes las calles aledañas a la Catedral, el monumento preferido por los pintores que participan en este certamen y que la plasman desde puntos de vista dispares en sus lienzos.

una noche de MAGIA e ilusión PARA DESPEDIR A san lucas
idcon=13000860;order=22

EMOCIÓN. El Parque Andrés de Vandelvira (2ª Fase del Bulevar) se llenó de cientos de personas que se acercaron hasta el lugar para presenciar uno de los momentos más bonitos y grandiosas de la Feria de San Lucas: el espectáculo pirotécnico, que este año se encargó de realizar Pirotecnia Sánchez. Unos fuegos artificiales, que inundaron el cielo durante poco menos de 20 minutos, junto con una banda sonora emocionante que fueron mágicos para despedir, un año más, la tradicional feria.