El rastro del violador que el Eixample dejó en la provincia

Sometió a tocamientos a una joven a la que abordó en un hotel de Martos

23 ene 2018 / 08:58 H.

Francisco Javier Corbacho Méndez es “un depredador sexual”. Un violador en serie que acaba de ser condenado a 66 años de cárcel por la Audiencia de Barcelona por cuatro agresiones sexuales. Abordaba a las víctimas en la calle o en el portal de su casa, siempre mujeres jóvenes, a las que forzaba sexualmente y robaba sus pertenencias, amenazándolas con objetos punzantes, como destornilladores o cuchillos. Conocido como el “violador del Eixample” por el barrio barcelonés donde cometió sus fechorías entre 2015 y 2016, este electricista catalán de 41 años vivió una temporada en la provincia jiennnese.

Aquí también dejó su rastro de delito. De hecho, fue condenado por el Juzgado de lo Penal número 2 de Jaén a ocho meses de cárcel por un delito de abusos sexuales. En el juicio, celebrado el 19 de febrero de 2014, Francisco Javier Corbacho Méndez reconoció los hechos. En la sentencia, a la que ha tenido acceso Diario JAÉN, se relata que el violador del Eixample se encontraba en un establecimiento hotelero de Martos. En un momento dado, se percató de que una de las empleadas del hostal, en concreto una camarera, se dirigió hasta el almacén. Corbacho Méndez la siguió hasta ese lugar y cerró la puerta. Abordó a la joven y comenzó a realizarle tocamientos por todo el cuerpo. Ella comenzó a gritar y varias personas escucharon sus gritos de auxilio. El agresor fue detenido por la Guardia Civil. Era el 13 de febrero de 2014. Apenas una semana después, en un juicio rápido, el hombre se declaraba culpable de un delito de abusos sexuales, con lo que logró beneficiarse de una rebaja de la condena: le cayeron 8 meses de cárcel. El castigo le quedó en suspenso con la condición de que no volviera a delinquir. No obstante, Francisco José Corbacho regresó a las andadas. Además, repitió prácticamente el mismo patrón que utilizó en el hostal de Martos. Cometió tres de las agresiones en el tiempo en que tenía suspendido el ingreso en prisión por una sentencia anterior de abusos sexuales: el 12 octubre de 2015 se abalanzó sobre una joven que entraba al portal de su casa y la obligó a practicarle una felación poniéndole el cuchillo en la cara. El 21 de enero de 2016, repitió el “modus operandi” con otra mujer que regresaba de una fiesta de cumpleaños y a la que abordó en el ascensor del bloque de pisos en el que residía. El 31 de enero de 2016, perpetró su última violación. Aguardó a la víctima, de tan solo 18 años, y se metió con ella en un portal. Después, le puso un destornillador en la barriga y la violó.

Los Mossos llegaron a establecer un dispositivo especial para cazar al violador del “Eixample”, que dio sus frutos en marzo de ese año. Una patrulla de paisano sorprendió a Corbacho Méndez cuando perseguía a una joven por la calle. Ahora, acaba de ser condenado a 66 años de cárcel. También deberá cumplir los ocho meses de prisión que le impuso el Juzgado de Jaén.